Fallece Carmen Franco a los 91 años
La hija de Francisco Franco ha muerto en su casa de Madrid, rodeada de los suyos, debido a un cáncer terminal que padecía desde hacía meses
Carmen Franco ha fallecido este viernes, 29 de diciembre, según ha podido saber HOLA.com. La Duquesa de Franco, Grande de España y Marquesa de Villaverde ha muerto a los 91 años en su residencia de Madrid y rodeada de su familia, después de que este verano le fuera diagnosticado un cáncer terminal tras someterse a unas pruebas.
La hija de Francisco Franco no quiso seguir entonces ningún tratamiento y el pasado mes de noviembre reveló públicamente su estado de salud. "Lo he asumido y no pasa nada", confesaba entonces en declaraciones a La Otra Crónica. Espectadora excepcional del tiempo más hermético de nuestro país, Carmen Franco decidía así encarar sus últimas semanas tal y como lo había hecho el resto de su vida.
La Duquesa, única hija de Francisco Franco Bahamonde y de su esposa, María del Carmen Polo y Martínez-Valdés, nació en Oviedo el 14 de septiembre de 1926 y fue bautizada como María del Carmen Ramona Felipa de la Cruz, aunque los suyos la llamaban Nenuca. También respondía a los apelativos de Carmelilla, Carmencita, Cotota y Morita. Diminutivos todos ellos, reflejo de una infancia en un mundo de adultos.
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No asistió al colegio ni a la universidad; aprendió todo conocimiento de su tutora, una monja teresiana. Su vida discurrió tras los muros de los cuarteles y los palacios en los que residió, sin conexión con el exterior. Apenas concedió entrevistas a los medios de comunicación en vida de su padre y las que concedía eran breves. Tras la muerte de Franco, mantuvo la misma discrección, si bien se mostró excepcionalmente más accesible a la prensa.
Apenas tuvo protagonismo oficial, aunque coincidió con personalidades de la talla de John Fitzgerald Kennedy o Eva Perón. La hija de Franco no se excedió en su vida pública ni se entregó a una apretada agenda social. Sus máximas labores fueron algunos viajes al extranjero en representación de su padre, como la boda real de Balduino de los belgas con nuestra Fabiola.
Salió del palacio de El Pardo para casarse con el doctor Cristóbal Martínez Bordiú, su único novio, aunque tiempo atrás había entablado amistad con el hijo del almirante Saturnino Suanzes, gran amigo de Franco y presidente del INI. Carmen Franco y el Marqués de Villaverde, título que heredaba de su madre, se dieron el sí, quiero el 10 de abril de 1950, en la capilla del palacio de El Pardo. La pareja tuvo siete hijos -Carmen, Mariola, Francis, Merry, Cristobal, Arantxa y Jaime-, nacidos todos en la residencia de Franco.
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A raíz de su matrimonio, salió de España y viajó por el mundo. En Estados Unidos bailó con John Fitzgerald Kennedy antes de que fuera investido Presidente de Estados Unidos y en La India participó en la cacería de un tigre con el marajá de Jaipur. Fue en esos primeros años de feliz matrimonio su verdadero despertar a la vida.
Por primera vez vivía la vida y no la veía pasar tras las vidrieras de palacio. Por primera vez se enfrentaba también a sus gozos y a sus sombras. Las horas más amargas precedieron a la muerte de su padre, Franco. La Duquesa fue guardiana de su testamento y de su última voluntad. Cedió la propiedad del texto, que ella misma escribió a máquina en vísperas del fallecimiento, a los españoles, gesto que agradeció el rey Juan Carlos. También sufrió los desatinos de sus hijos como propios, pero jamás se inmiscuyó en las decisiones de los hijos, fueran o no acertadas.
Los últimos tiempos de Carmen Franco han sido en todo color gracias a la libertad de la que ha disfrutado y a los felices acontecimientos familiares: bodas, nacimientos, bautizos y comuniones. Ha sido abuela de catorce nietos: Luis Alfonso y Cynthia (hijos de Carmen Martínez Bordiú, que tuvo además a Francisco, fallecido en 1984), Francisco de Borja, Jaime y Francisco Javier (hijos de Mariola), Fracisco, Juan José, Álvaro y Miriam (hijos de Francisco Franco), Leticia (hija de Merry), Daniel y Diego (hijos de Cristóbal) y Jaime (hijo de Jaime).
Además, ha asistido a los nacimientos de sus bisnietos Eugenia, Luis y Alfonso de Borbón y Vargas, hijos de Luis Alfonso de Borbón y Margarita Vargas; a la boda de su nieta Cynthia Rossi con el urólogo Benjamin Rouget y al nacimiento de su último bisnieto, Joseph Rouget, único hijo de la pareja, entre los más mediáticos. Grandes alegrías al final de una vida siempre a discreción.
Carmen mostraba una gran entereza pese a la crudeza de su enfermedad y, lejos de cualquier dramatismo, aseguraba no tenerle miedo a la muerte, según el párrafo final de la novela histórica de Nieves Herrero, Carmen. El testimonio novelado de la hija de Franco. Una mujer testigo de la historia, editado por la Esfera de los Libros: “Aquí estoy, dispuesta a recibir aquello que venga, sin lágrimas; no tengo miedo a nada ni tan siquiera a la muerte, la he visto de cerca muchas veces y la conozco perfectamente”.