Familiares y amigos dan el último adiós a la Condesa de Romanones

Aline Griffith falleció el pasado 11 de diciembre a los 94 años de edad

Por hola.com

Aristócrata, periodista, modelo, musa de grandes diseñadores, espía del primer servicio de inteligencia de Estados Unidos e imprescindible en todas las citas de la alta sociedad española donde destacó por su personalidad y su gran carisma, Aline Griffith, condesa de Romanones, falleció el pasado lunes, 11 de diciembre, a los 94 años. Sus restos mortales han recibido sepultura este miércoles en Guadalajara, en una íntima ceremonia a la que acudieron sus familiares y amigos más íntimos. 

Fueron muchos los que quisieron despedirse de ella en el Cementerio Municipal Nuestra Señora de La Antigua y, de entre los miembros de su círculo más cercano, no faltó su nieta, Lulu Figueroa-Domecq, así como las hermanas Blanca y María Suelves. La pintora, it girl y aristócrata, a la que vimos visiblemente afectada, acudió vestida de riguroso luto y lo hizo acompañada de su marido, el historiador y antropólogo Adrián Saavedra, con el que acaba de cumplir su primer aniversario de boda.

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Nacida en 1923 en Nueva York en una familia acomodada recibió una educación exquisita y estudió Periodismo. Sin duda uno de los aspectos más fascinantes de su vida fue su faceta de espía tras ser reclutada por la Office of Strategic Service de Estados Unidos, la antesala de lo que hoy es la CIA, en la década de los años 50, durante la Segunda Guerra Mundial. Una época trepidante, en la que su nombre en clave era Butch (Tigre) que le llevó a vivir un sinfín de aventuras, aunque como le gustaba decir: "Moriré con mis secretos". 

- Aline Griffith, una vida de novela

También probó suerte en la moda desfilando en las mejores pasarelas de Estados Unidos y de Europa, lo que le dio mucha popularidad. Alaine siempre destacó, desde muy joven, por su estilo y elegancia. "Hoy en día, no hay moda, ni glamour, ni nada. Yo he vivido lo que era la moda. Ahora eso se ha terminado, comentaba en una entrevista que concedió a la revista ¡HOLA!.

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En España se adaptó a la perfección y era frecuente verla montando a caballo, bailando sevillanas, vestida de gala con impresionantes joyas... En cualquier circunstancia, Aline siempre destacaba por su elegancia y glamour. Fue precisamente una misión del servicio de espionaje de Estados Unidos la que le llevó a Madrid donde se introdujo de lleno en alta sociedad de la época. Años más tarde se casó con Luis Figueroa y Pérez de Guzmán, III conde de Romanones y Grande de España, fallecido en 1987 a los 69 años de edad. Con él tuvo tres hijos: Álvaro, Luis y Miguel.