Las difíciles confesiones de Edurne Pasaban
La alpinista Edurne Pasaban se sentó en el Chester de Risto Mejide en la noche del domingo y compartió con el presentador y con la audiencia los difíciles momentos que atravesó cuando se encontraba en lo más alto de su carrera profesional, al ser la primera mujer en subir los catorce ochomiles.
"Venía de pasar las navidades jugándome la vida escalando montañas y en Reyes me vi en un hospital psiquiátrico", confesaba la deportista, "estuve cuatro meses ingresada en un hospital", añadió revelando que pasó momentos verdaderamente duros entre cada conquista en las alturas. "He visto la muerte más cerca aquí que en las montañas. La depresión estuvo apunto de quitarme la vida en dos ocasiones", explicaba. Fueron su ritmo de vida y las presiones sociales las que hicieron mella en su estado de ánimo cuando volvía a casa: "Con 32 años tenía amigas que estaban casadas, tenían hijos... seguían todos los roles que están marcados y yo tenía mi vida volcada en mi profesión". Tras mucho esfuerzo, ayuda clínica y con el apoyo de su familia, Edurne consiguió volver a tomar el control de su vida.
La escaladora quiso dejar claro que fue también importante la medicación, buscando desmitificar el tratamiento de continuidad de la depresión: "Yo he tomado antidepresivos cuando escalaba un ochomil, no pasa nada. Vemos normal tomar una pastilla para el bocio, ¿por qué no un antidepresivo?".
Pero todo para Edurne dio un giro cuando fue madre de su primer hijo, Max, hace solo algunos meses. "La vida cambia. Uno elige que cambie en este caso. Con la maternidad me he vuelto más sensible y pienso más en lo que sienten las madres al ver sufrir a sus hijos", explicaba la alpinista. Sobre el posible futuro de su hijo en el mundo de la escalada, lejos de atemorizarle habla de ello con ilusión: "Si decide hacer escalada, su madre le acompañará".
La montañera vasca vivió también un momento de lo más emotivo en el programa cuando Juanito Oiarzabal, su mentor, entró al plató. Con él mantuvo una mediática disputa en 2011 cuando Edurne desvió su propia expedición en el Everest para socorrer al deportista vasco que había sufrido un accidente en su descenso del Lhotse. Desde entonces no se hablaban, pero Chester puso fin a esta discusión y reunió a los montañeros: "Han pasado siete años de nuestra discusión, ya es hora de que nos demos otra oportunidad", dijo Juanito.