Jordi Cruz, el jurado más duro de 'MasterChef', desvela su faceta personal más emotiva
El chef se sentó en el Chester, programa de Risto Mejide, para hablar de su sueño de ser cocinero y de la importancia de su familia en su vida
Aunque es uno de los rostros más conocidos de la televisión, su faceta más personal es todo un misterio. El chef Jordi Cruz, uno de los jurados del programa MasterChef, da una imagen de dureza y exigencia en el concurso, pero en esta ocasión se sentó con Risto Mejide para desvelar su faceta más personal. Jordi recordó cómo ha llegado hasta donde está, a ser uno de los cocineros de referencia en España –su restaurante Abac ha obtenido su tercera estrella Michelin este año-. En este caso, el programa de Risto hablaba de los sueños y Jordi contó cuál era el suyo cuando era un niño. “Cuando era pequeño era malo en casi todo. Se me daba muy mal estudiar pero vi una ventanita. Me di cuenta que para la cocina sí que tenía talento y decidí focalizar todo lo que tenía en esa disciplina” explicó. Es el pequeño de seis hermanos y aseguró que siempre buscaba el reconocimiento de la gente “para que entendieran que el chaval no es tonto”.
Jordi desveló uno de sus recuerdos personales más duros. “Mi padre tenía una serie de frustraciones. Unas expectativas que no pudo cumplir y pasó sus últimos años enfadado un poco con la vida. Tenía tendencia a estar enfadado” contó –su padre falleció hace cinco años-. “Tengo la misma enfermedad de mi padre. No saber sentir. Nunca me dijo te quiero ni yo a él” aseguró, contando que, antes de que falleciera, sí que se lo dijo. “Mi padre me quería un montón, pero no tenía esa habilidad de ser cariñoso. Y seguro que por dentro era el tío más cariñoso del mundo. Lo sé porque me pasa lo mismo, me cuesta mucho expresarme”. Añadió que intenta cambiar y que no quiere ser así. “Vi cosas que no quería para mí y que las tenía dentro. No quiero ser como mi padre. También es cierto que yo he tenido una vida mucho más sencilla que la suya, pero esas carencias tengo que intentar no tenerlas” contó.
Uno de los momentos más emotivos del programa fue la visita de su hermana Montse, que le llevó una carpeta que su padre guardaba con sus apariciones en los medios. Una muestra de lo orgulloso que estaba de él. “Iba presumiendo desde el principio de que su hijo iba a ser un gran cocinero, 'mi hijo michelin'” contó ella. Los hermanos se dieron un sentido abrazo. Otro de los temas que Jordi trató en la entrevista fue la polémica que se creó tras desvelarse las condiciones laborales de los becarios en los restaurantes de lujo. “ ¡Aquello fue todo una mentira! Mi frase fue: ‘Creo que es un privilegio formarte al lado de Joan Roca’; y se transformó en: ‘Es un privilegio trabajar gratis’ (…) Yo no tengo becarios. Tengo chicos que hacen prácticas obligatorias”.
Risto le preguntó además si es quizá por esa faceta que le ha convertido en uno de los cocineros más atractivos del panorama, por lo que recibe tantas críticas. “Nunca me llamaron guapo antes de MasterChef. Pasé de ser un gordete gracioso a guapo”. Una de las ocasiones en las que presumió de físico fue en la portada de la revista Men’s Health. “Me apetecía ponerme en forma. Pensé que si me ponía en esa portada me lo iba a currar. También te digo que todos los buenos hábitos los tengo incorporados en mi vida” señaló. En este camino hasta el éxito, nunca ha perdido el apoyo de su familia, tal y como aseguró su hermana. “Él se entrega, da el 100% en su profesión y eso es admirable. Si es verdad que cuando tiene un ratito que puede tomarse un poco el aire, lo comparte con nosotros. En casa no dejamos que sea ni un poquito lo chulo que es en la televisión, en casa es el pequeño de la familia”.