La primera Navidad de los Trump en la Casa Blanca
La decoración navideña que ha escogido la Primera Dama ha desatado todo tipo de comentarios
Su vida cambió radicalmente cuando fue elegido Presidente de los Estados Unidos. Donald Trump está a punto de celebrar su primera Navidad en la Casa Blanca, un periodo en el que a los asuntos de Estado se unen celebraciones y fiestas, que dejan al descubierto el lado más personal de la familia presidencial. La Primera Dama Melania Trump imprime estos días su carácter a la decoración que se puede encontrar en las habitaciones de su residencia y ya se han empezado a ver, en sus colores neutros y diseños minimalistas, en la profusión de complementos y detalles, cómo son sus gustos para estas ocasiones.
El pasado 1 de diciembre tuvo lugar la tradicional iluminación del llamado 'árbol nacional de Navidad', situado detrás de la Casa Blanca. Su esposa Melania fue la encargada de hacer los honores activando el dispositivo de las luces. Tras el encendido ha tenido lugar el tradicional concierto de navideño donde, entre otros artistas, participaron The Beach Boys. Trump y su esposa, Melania, acudieron de la mano a la Elipse, un parque público situado detrás de la Casa Blanca, para participar en la ceremonia, una tradición anual en la que suelen intervenir los presidentes estadounidenses y que ya va por su edición número 95.
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Llega el momento también de hacer balance. Han sido estos de 2017 unos meses en los que, tanto la familia presidencial, como su gestión no ha estado exenta de críticas. Comentarios, gestos o propuestas del presidente han ocupado numerosos titulares y se han situado en el punto de mira, generando casi tanta polémica como los modelos elegidos por Melania en determinadas situaciones. No cabe duda de que el apellido Trump levanta todo tipo de pasiones, en el sentido más amplio de la palabra, dentro y fuera de las fronteras de Estados Unidos. Y es que el presidente ha hecho varios viajes internacionales (Israel, Palestina, El Vaticano, Bruselas y Sicilia) en los que sus comentarios y discursos han dado mucho que hablar.
La familia ocupa un lugar relevante en la vida de Donald y así el Presidente reune a sus hijos y nietos en momentos importantes, demostrando la importancia que le da a tenerles a todos a su lado. Cuando firmó su cargo o cuando celebró su primer cumpleaños tras ser elegido Presidente (en su primer aniversario en la Casa Blanca estaba de visita oficial a Japón así que no pudieron pasarlo con él). Ha tenido la oportunidad, junto a su mujer Melania -en ocasiones también les acompañó su hija Ivanka-, de conocer a líderes mundiales como el Papa, los Reyes de Bélgica, el Presidente de Francia o también el de España. En su gira mundial tras su elección, ha mantenido reuniones y charlas con los máximos dirigentes y políticos. Pero no todo es política y pactos en la vida de un Presidente de Estados Unidos.
La esfera privada ocupa también un lugar destacado. La cara más distendida de Donald Trump se ha podido ver en ocasiones como la celebración de Pascua, que cada año llena el jardín de la residencia presidencial de huevos decorados que buscan los niños; Halloween, donde se ven los disfraces más originales, o el encendido de las luces de Navidad en el gran árbol que se sitúa cerca de la vivienda oficial, al que asisitieron encantados los nietos del Presidente.
Melania ha ido ocupando su espacio como Primera Dama y ganando más visibilidad con el paso del tiempo. Sus gustos y su particular caracter se ha visto en las decoraciones y eventos concretos que ha organizado (por ejemplo en Pascua). Su imagen se modela gracias al estilo que escoge en sus apariciones públicas que, además de causar halagos, también suscitan cierta polémica. Por ejemplo, su aparición con finos tacones de aguja en las zonas afectadas por el huracán Harvey fue tan criticada en el momento, que en la siguiente parada del avión presidencial se había cambiado ya de ropa, poniéndose unas zapatillas de deporte. Ha estado junto a su marido en su gira internacional, impecable y discreta en sus apariciones, dejando el protagonismo al Presidente.
Estos días ha ejercido de perfecta anfitriona, recibiendo a los más pequeños en su casa y mostrándoles los árboles que ha repartido por los salones y estancias de la casa más importante del mundo. Ha compartido este inicio de la etapa navideña con las hijas de Donald, Tiffany e Ivanka, que estuvieron por ejemplo en el indulto al pavo de Acción de Gracias. Ivanka y su marido Jared Kushner también tienen un papel destacado en la gestión Trump, formando ambos parte del grupo de asesores del presidente. Su mujer, que en los primeros días de mandato aparecía con frecuencia junto a su padre, obtuvo un puesto oficial de asesora (aunque sin remunerar para hacer frente a las críticas por su inexperiencia) y sigue teniendo un papel activo en la administración Trump, asistiendo a diversas reuniones y compromisos (incluso ha estado en alguna visita oficial, como la que se hizo al Vaticano).
Cuando su padre resultó elegido, Ivanka explicó que sus esfuerzos se centrarían en la defensa de los derechos femeninos y en potenciar el papel de las madres trabajadoras, demostrando que se puede compaginar maternidad y una vida profesional plena. Ella misma se pone de ejemplo de que una carrera de éxito no está reñida con una vida familiar satisfactoria. A través de las redes, Ivanka deja retazos de su intimidad, en la que sus hijos ocupan el lugar principal. Sus ocurrencias y lo bien que sienta estar con ellos cuando termina una jornada de trabajo son algunas de las cosas que muestra. Su marido Jared Kushner es uno de los cargos más cercanos al Presidente, y por eso le acompaña en muchos de sus compromisos. La familia de Ivanka es la que más cerca está de Trump, mientras que el resto de sus hijos se han hecho cargo de las empresas del clan.
Aún no se sabe cómo pasarán sus vacaciones y las fiestas señaladas. Quizá Donald y Melania se escapen a Mar-a-Lago (Florida), uno de sus refugios favoritos y donde ya pasaron Acción de Gracias con su hijo Barron. Tal vez, Donald reúna en una misma mesa a sus hijos y nietos para brindar en su primera Navidad como presidente de la nación más poderosa y por un año nuevo lleno de triunfos. De lo que no cabe duda es de que su primera Navidad en la Casa Blanca no va a pasar desapercibida. Eso seguro.
De momento, parte de la familia celebró este jueves, 7 de diciembre, Hanukkah, una fiesta judía, con su mujer Melania, su hija Ivanka, su yerno Jared Kushner y algunos de sus nietos. Jared es de religión judía e Ivanka se convirtió a esta confesión cuando se casaron por este rito el 25 de octubre de 2009.