Silvia Abril y Andreu Buenafuente están de celebración. Este martes, 28 de noviembre, su hija Joana cumple cinco años, una cifra redonda que tienen pensado celebrar por todo lo alto. De hecho, ya han comenzado a hacerlo, y anoche decoraron la casa con guirnaldas y globos de colores para sorprender a la pequeña nada más levantarse. "Todo a punto para los cinco. Mañana flipará. Amor absoluto”, publicó Silvia. Además, invitaron a todos los amigos de la niña a tomar un trocito de tarta. Una fiesta sorpresa que volverá loca a la cumpleañera pero, sobre todo, a los orgullosos papás.
Buenafuente y Silvia se conocieron en 2006 y desde entonces forman una de las parejas más discretas y estables de la pequeña pantalla. En 2012 dieron la bienvenida a su hija, una noticia que el presentador compartió a través de las redes sociales. "Sostiene Silvia Abril que ha nacido nuestra hija. Y sí, lo puedo confirmar. Es preciosa. Felicidad. Futuro. ¡Qué bien!", escribió.
La pareja ha decidido dar un paso más en su relación con su reciente boda. Aunque era un secreto a voces, ellos no se pronunciaron al respecto, lo hizo Concha Velasco, una de las invitadas al enlace. Según explicó, la ceremonia tuvo lugar en Barcelona y fue oficiada por Ada Colau, la alcaldesa de la ciudad.
El gran momento que viven a nivel personal, se refleja en su faceta profesional. Buenafuente acaba de ser elegido el mejor comunicador de 2017 en los premios Men’s Health y Silvia se convirtió en una de las finalistas de MasterChef Celebrity más queridas por el público. “Está en su mejor momento y yo estoy muy feliz de verlo en primera persona”, reconoce el presentador. “No me gusta hablar de mi vida personal, de toda la vida intento mantenerla para nosotros, porque sino llega un momento que no te queda nada” dice el humorista, que admite ser el más serio de la casa: "Ella es muy payasa, es muy divertida, con mucha energía y es muy buena profesional, que eso hay que recalcarlo que nadie te regala nada”.
Aunque la familia tiene fijada su residencia en Barcelona, concretamente en Cabrera de Mar, un tranquilo municipio próximo a Mataró, la pareja ha hecho de Madrid su segunda casa por motivos de trabajo. "He decidido tenerlo todo por duplicado, sí, he tenido que adoptar una niña, hay gente que se pasa tres años esperando y a mí me la han dado super rápido”, bromeó Silvia. “Tenerlo todo por duplicado te facilita que si te dejas algo en alguna ciudad o en la otra pues no pasa nada. Y con Andreu pues lo llevo bien, por duplicado también, tengo un sustituto en Barcelona y nos va mejor como pareja”, dijo entre risas.