No se ha dejado nada en el tintero. María Teresa Campos se ha sentado con Risto Mejide para hacer un repaso de lo que han sido para ella estos últimos meses, además de echar la vista atrás y recordar algunos de los episodios más complicados de su vida. Aseguró María Teresa que la experiencia le había enseñado a ser en algunos momentos más prudente y a tener una cierta cobardía. “He sido una persona que decía: uno de los grandes lujos de la vida es decir lo que te apetece en el momento oportuno. Luego me di cuenta de que eso en el trabajo va en contra tuya. Y te vas creando enemigos, no es bueno crearse enemigos nunca” explicó.
Añadió además que en ocasiones se ha arrepentido de no haber dicho algunas cosas con más claridad. “Nadie tiene una carrera siempre de éxitos, el inteligente se repone pronto de un fracaso, el tonto no se repone jamás de un éxito, un éxito que puede ser fugaz. Yo he vivido estar arriba, estar abajo. También me he arrepentido de una cosa que es ser cobarde. Y no hace mucho. Me arrepentí de no haber dicho en el momento oportuno algunos nombres… que me callé”. Y reiteró que en cierto modo sí que es un poco cobarde y también tiene miedo, sobre todo después del ictus que sufrió la pasada primavera. “Ese miedo te deja muy tocada. Hay cosas malas que te sirven para descubrir cosas buenas, entonces lo que se montó, el cariño de la gente…” dijo.
No pudo evitar emocionarse cuando vio las imágenes en las que salía del hospital acompañada por sus hijas, una secuencia que no había visto y fue precisamente para sus hijas, Terelu y Carmen, para las que tuvo unas palabras de sincero agradecimiento. “Mis hijas estuvieron maravillosas atendiendo todo, me quitaron el teléfono, contestaron todos los mensajes y tuve tantos amigos que quería ir a verme, pero el médico no dejaran más que pasaran algunos. Y tengo que agradecer una cosa, no sería yo buena persona si no lo hiciera, a mis hijas por supuesto, Edmundo no lo sabía, y aunque alguno le pueda parecer pelota, al consejero delegado de esta casa, Paolo Vasile, que desde el primer día hasta que pasaron unos meses la última prueba todos los días ha preguntado por mí”.
Han pasado varios meses y se ha ido reponiendo poco a poco de este revés, algo que va consiguiendo así que pronto estará de nuevo reincorporada al trabajo con un formato nuevo, del que aún no se conocen muchos detalles."Ahora tengo que recuperar fuerzas, reintegrarme a mi trabajo, y después por supuesto soy la primera interesada de que todo el mundo sepa lo que tiene que saber y yo creo que fíjate, hacemos cosas en televisión sin darnos cuenta la trascendencia que tienen” dijo sobre la posibilidad de participar en campañas de información sobre la enfermedad. Durante su ingreso hospitalario, María Teresa no estuvo acompañada por Edmundo, que participaba entonces en el programa Supervivientes. No quiso decirle lo que había pasado por respeto a su decisión de vivir esta aventura, como ella misma explicó, explicando además algunas de las cualidades de su pareja que quien no le conoce bien, no descubre.
“Él no es una persona capaz de expresar con palabras las cosas. Ha mejorado, ha mejorado… Edmundo es un personaje singular. Es sobre todo muy sensible, pero luego está en su mundo. Cuando dices no se da cuenta de lo que dices, es porque él está pensando solamente en que yo lo he llamado. Yo le llamé porque quería que estuviera tranquilo, porque sabía que yo no quería que fuera” comentó. Se refirió además la veterana presentadora a uno de los episodios más complicados para sus hijas y para ella como fue la muerte de su marido, José María Borrego Doblas. "Nunca he hablado por respeto a otras personas y creo que nunca hablaré. Pero bueno lo vivido, vivido. Sé que hay una persona en la familia, que siempre me ha querido mucho y yo a esta persona también y que sé que no le gusta que se hable de este tema y por respeto a él yo siempre me he callado” dijo.
“Pienso más en enfermedad que otra cosa, eso sí, lo cual no quiere decir que en ese momento fuera tremendo para ellas porque eran muy jovencitas” contó refiriéndose a cómo les afectó esto a sus hijas. “Terelu estuvo muy enfadada muchos años, y Carmen siempre tenía una constante que era por qué. Yo decía si tu padre se hubiera muerto del corazón, ¿te hubieras preguntado por qué? Eso en tu padre era una enfermedad, cuando una persona tiene una constante a muchos años de su vida... Las respeto a ellas, porque entiendo que lo deben de haber pasado muy mal y lo pasamos muy mal todos”. Recordó además María Teresa algunas anécdotas de su carrera, como una inesperada entrevista con Joaquín Sabina o los comentarios de su rivalidad con Ana Rosa Quintana, de quien dijo que se llevan muy bien. Entre los próximos proyectos de María Teresa está un programa de televisión, que podría estrenarse el próximo año y del que aún no se conocen muchos detalles, y su colaboración en un disco que sacará al mercado su pareja, en el que interpreta algún dúo con él.