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Fue uno de los momentos más complicados de su vida y lo ha recordado en el programa en el que colabora. Belén Esteban, sin poder evitar que se le notara la tensión y un tanto emocionada, ha rescatado de su memoria uno de los episodios de salud que más la ha marcado. Fue debido a la diabetes que padece cuando, en una ocasión, cayó en coma durante varios días. “Me dijo un bajón de azúcar tremendo y vi a mi niña cómo me llamaba muy chiquitita. Lo máximo que he estado en coma han sido 18 días. Oía a mi madre y mi padre hablarme. Que volviera” comenzó a explicar Belén, sin duda un recuerdo tremendamente duro. Tanto, que aseguró nerviosa que “no quería seguir hablando de eso”.
Ante el asombro de sus compañeros, que no conocían lo que le había ocurrido, Belén aseguró que entonces su familia lo pasó bastante mal. “Lo pasaron muy mal y mi niña era muy chiquitita” contó refiriéndose a su hija Andrea Janeiro, que tiene ahora 18 años. Una situación de tensión que, afortunadamente, acabó bien. “Estoy bien ahora, pero estoy con el azúcar descompensada, por mi estado emocional, que al ser tan nerviosa, el azúcar me afecta mucho. El azúcar es una enfermedad complicada”.
Explicó que, en este sentido, su novio Miguel, que es conductor de ambulancias, se preocupa mucho por ella. “A Miguel le da miedo que me quede sola. Él se va a trabajar y me quedo sola. Y me dan bajadas muy fuertes durmiendo. Se va a las siete, pero antes de irse me hace un análisis para ver cómo estoy. Cuando se me baja durmiendo, él lo nota”. Y quiso mandarle un beso como agradecimiento a su entrega. Este ha sido uno de los peores episodios que ha tenido que afrontar la “princesa del pueblo” que sufre diabetes desde hace años, una enfermedad que le ha causado problemas en el pasado y con la que ha aprendido a convivir. Sus compañeros, a raiz de esta confesión, se sinceraron también acerca de sus miedos en cuestión de salud.
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Hace algunos meses, Belén contaba que su novio Miguel, que trabaja le había regalado un aparato nuevo para medir el azúcar (un sensor que se pone en el brazo), que era más cómodo que los habituales. “¿Sabes por qué me gusta? Porque se preocupa de mí y de mi enfermedad” confesaba emocionada sobre su pareja.
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