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A sus 97 años, Rosa Martín jamás podía imaginarse que viviría una noche tan especial como la que compartió con Antonio Orozco en el Teatro Auditorio Ciudad de Alcobendas (Madrid). Su nieta, Marina Arranz, es fan incondicional del cantante desde hace muchos años e intenta no perderse ninguno de sus conciertos, pero esta vez fue diferente. Quería que su abuela viviera en directo esta experiencia tan especial y, para ello, reservó dos asientos... ¡en primera fila!
La noche prometía estar llena de emociones no solo por el hecho de poder disfrutar de la música de su cantante favorito las dos juntas, sino porque para Antonio también era un momento muy significativo, y es que supuso su regreso a los escenarios tras la triste pérdida de la madre de su hijo, Susana Prat, que falleció a los 41 años tras una larga enfermedad.
"Sin palabras, fue una experiencia brutal. Super especial y muy bonito. Mi abuela disfrutó como una enana", confiesa Marina emocionada a HOLA.com tras vivir una de las noches más bonitas de su vida. Y es que durante todo el concierto Antonio estuvo muy pendiente de su abuela y se acercó a cantar con ella trozos de varias canciones, como uno de sus grandes éxitos, Lo que tú quieras soy. El artista, muy cercano y cariñoso con Rosa, no dudó en sentarse a su lado, mientras ella se mostraba encantada de convertirse en la inesperada protagonista del concierto. "¡Qué bien cantas! ¡Qué buena persona eres!", le decía a Antonio con una gran sonrisa mientras todo el público aplaudía.
Sin duda, fue una noche muy especial y, tanto Rosa como su nieta, jamás olvidarán el precioso gesto de Antonio quien, a pesar de estar atravesando un momento personal muy complicado, demostró su profesionalidad sobre el escenario. De hecho, estaba previsto que el concierto durara dos horas, sin embargo, el artista se quedó un rato más, interpretando algunas canciones tan solo con su guitarra.
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El recuerdo de Susana estuvo muy presente durante todo el concierto, de hecho, el artista se mostró especialmente sensible y no pudo evitar las lágrimas en algún momento. Pero uno de los momentos más emotivos fue cuando se puso a cantar Tres corazones, dedicada especialmente a su ex pareja, cuando estaba embarazada de su hijo Jan: "Tres corazones, tengo tres corazones, los dos tuyos, este mío cargadito de ilusiones. Otra vez te contaré los golpes que te van viciando, que llevas parte de mí adentro, que junto sumaremos uno".
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