Melania Trump dona uno de sus vestidos más icónicos, ¿de cuál de trata?
La Primera Dama de Estados Unidos se unirá próximamente a la tradición de donar el traje lucido durante su primer baile en la Casa Blanca al Museo Nacional de Historia Americana
En unos días, Melania Trump participará en una tradición ancestral en Washington que se remonta a hace más de un siglo, donando el vestido que lució durante su baile inaugural en la Casa Blanca al Smithsonian, el Museo Nacional de Historia Americana. Se trata de una ceremonia que tuvo lugar por primera vez en 1912, cuando Helen Taft cedió su traje a la institución.
Desde entonces, las Primeras Damas de Estados Unidos han participado de esta particular costumbre haciendo una solicitud de donación a la institución poco después del evento. A raíz de ahí, los conservadores del centro comienzan a trabajar con el equipo de la Casa Blanca para asegurar que el proceso de conservación sea fluido, llegando incluso a elaborar un maniquí a medida para que sea lo más parecido posible al cuerpo de la esposa del presidente.
De este modo, la denominada Colección Primeras Damas del Smithsonian cuenta con 26 vestidos expuestos al público, entre los que destacan los lucidos por Jackie Kennedy, Laura Bush o Michelle Obama. Sin duda, es una de las exposiciones más populares del museo, que contó con más de cuatro millones de visitas en 2016.
El ya icónico diseño de Hervé Pierre que Melania Trump vistió en la gala del pasado 20 de enero será el próximo en sumarse a la muestra. Se trata de un vestido de estilo columna elaborado en crepé de seda color marfil con volante y abertura en la falda, gracias al cual la esposa de Donald Trump entró con honores en la lista de las mujeres más elegantes. Desde entonces, sus looks no han dejado de acaparar titulares.
La exmodelo tenía una idea muy precisa lo que quería para un momento tan especial de su vida y lo confió al diseñador francés, a quien no conocía personalmente antes del encargo. Según su directora de comunicación, Stephanie Grisham, Melania quería “una apariencia moderna, ligera, única e inesperada”. “Me dio un par de claves: no quería un gran vestido de fiesta, sino algo elegante en color marfil o vainilla. Tenía que ser realmente correcto porque iba a ser parte de la historia de este país. He diseñado miles de vestidos, pero la gente recordará especialmente este”, reveló el propio diseñador recientemente al The New York Times.
Desde entonces, el modisto -exdirector creativo de Carolina Herrera- se ha convertido en uno de los favoritos de la Primera Dama, vistiendo varios de sus modelos durante sus visitas de estado a Arabia Saudí o Francia.