Vuelven a la pequeña pantalla las desventuras de Yo soy Bea, aquella secretaria encarnada por Ruth Núñez que protagonizó una de las series más longevas de la televisión con más de 770 capítulos y tres años de emisión. El canal Divinity ha recuperado esta historia en la que el romance de los protagonistas en la ficción, Ruth y Alejandro Tous, traspasó la pantalla y se convirtió en un amor real que aún hoy continúa. Han pasado ocho años desde su capítulo final y seguro que son muchos los que recuerdan a este personaje, que se ganó el cariño de la audiencia demostrando que el aspecto físico no es lo más importante.
Precisamente a modo de homenaje, una de las colaboradoras de Sálvame quiso meterse en la piel de Bea y convertirse por unas horas en ella. Se puso una peluca para cambiar su color de pelo, se puso gafas, aparato dental y unas gruesas cejas y ¡voilá!, el cambio estaba hecho. Muchos quizá no reconozcan a quien se esconde tras este aspecto, tal es la metamorfosis, ¿quizá si la vemos sin gafas? Sí, es Alba Carrillo. La colaboradora entró en el espacio disfrazada y metida en la piel de este personaje, que volverá a conquistar las tardes. Pero sólo era eso, un personaje.
La modelo no tiene apenas nada en común con Beatriz Pinzón, salvo que también está enamorada, aunque en su caso es correspondido desde el principio. Mantiene una relación con David Vallespín, su mejor apoyo en los delicados momentos que atraviesa con su ex, Fonsi Nieto, por la custodia de su hijo Lucas. Precisamente el niño cumple hoy seis años, un aniversario que su madre le ha felicitado con este tierno mensaje.
“Llegaste para hacerme comprender lo fuerte que soy. He sido la persona que te ha acompañado en tus primeros pasos, tu primer diente, tu primera caída, te enseñé a leer, a ver las vida con ilusión, a que somos un equipo ganador y muchas cosas más. Hoy cumples ya 6 añazos y te miro y te remiro y aún no puedo creer que seas tan maravilloso, que me enseñes tanto cada día y que me des la fuerza para mover nuestro mundo. Hay gente que se empeña en hacer cortes en el mar pero hay cosas irrompibles, indestructibles, indelebles como el amor de un hijo y su madre. Y más concretamente el nuestro... Hemos crecido juntos, hemos aprendido juntos y hemos saltado obstáculos que no debería saltar una madre con su hijo en brazos, pero el vivir al estilo canguro te hace crear un vínculo tan poderoso que genera hasta envidia. Adoro la suerte de ser tu madre, la vida me ha premiado con cosas impagables que compensan de largo las lágrimas derramadas. Y en honor a la verdad diré que soy una buena madre porque tú me has enseñado. Puede parecer pretencioso pero es verdad, Yo SOY porque tú ERES. Me autofelicito por ser tu madre y por cumplir cada día la promesa que te hice la primera vez que te miré a los ojos y que respetaré por encima de todo hasta que yo cierre los míos. ¡Felicidades Lucas!”.