Un gran amigo y compañero, un profundo amor... El recuerdo del jugador de baloncesto Fernando Martín estuvo más presente que nunca en la memoria de los invitados de la última entrega del programa de Bertín Osborne. El presentador charló en la tranquilidad de su casa con Fernando Romay y con Ana Obregón que rescataron las vivencias más emotivas con el deportista, que falleció en un accidente de tráfico en 1989 a los 27 años. Romay contó que tenían un partido y, mientras estaban calentando, llegaban las primeras noticias del accidente y al ver que Fernando no llegaba supieron que era él.
“El día que murió Fernando teníamos partido y cuando llegué al campo empecé a escuchar el rumor de que había muerto un compañero. Recuerdo que mi mujer escuchó la muerte en un taxi y el taxista solo le dijo: ‘Se ha muerto Fernando, el del Real Madrid, ese tío alto’. Casi le da algo pensándose que era yo” contó. No olvidará además unas palabras que siempre decía su compañero: “Tenemos que ganar por 20”. “El destino quiso que al poco de morir Fernando ganásemos por 20 y todos nos abrazamos llorando” explicó, recordando que entonces todo el público del Palacio de los Deportes se puso en pie, coreando el nombre de su compañero desaparecido.
Ana Obregón que salía con Martín cuando este perdió la vida en el trágico accidente, fue uno de sus grandes amores, contó cómo fue su historia. “Estuvimos escondidos durante mucho tiempo porque a Fernando no le gustaba la fama” explicó, y rescató la divertida anécdota que protagonizó se propuso cocinar una paella para Fernando y sus compañeros. “Propuse cocinar cuando no tenía ni idea y fui a la despensa y cogí lo que yo creía que eran especias. Resulta que eran productos naturales que tomaba Fernando para su tendinitis y desfilaron al baño todos los jugadores, uno tras otro” contó.
El tema de la cocina se lo dejó en el programa al conocido chef chino Atom, que preparó para Bertín y sus invitados unas tortillas voladoras, arroz frito y solomillo. Ana sí que se ha atrevido con el yoga, disciplina en la que es una experta, y les ha enseñado a Fernando y Bertín alguna postura para que se relajen... aunque lo que ha pasado es que han acabado ¡muertos de la risa! En el repaso por su vida, Fernando recordó además la dura profesión de sus padres –“Trabajaban en el muelle de La Coruña. Mi padre vivía en el barco manejando el petróleo y mi madre descargaba pescado”- y su papel como padre, descripción en la que ha intervenido su hija Macarena. “Es un sinvergüenza, no sabéis lo que me ha hecho pasar. Recuerdo que con 13 años estaba enamorada de un chico de bachiller y un día mi padre fue al instituto para dar una charla y en el salón de actos llamó al chico para que subiera a darme un beso” explicó.