Este miércoles se cumplen cuatro años de la muerte de María de Villota, piloto de Fórmula 1 madrileña, a causa de las secuelas del terrible accidente que sufrió el 3 de julio de 2012 al inicio de unos entrenamientos en el aeródromo de Duxford (Cambridgeshire, Inglaterra) de cara al Gran Premio de Fórmula 1 en Silverstone. Un accidente por el que comenzó un proceso judical contencioso en el que se exigían responsabilidades y que ha sido finalmente resuelto al llegar a un acuerdo la familia de la madrileña y el equipo Manor F1, anteriormente conocido como Marussia F1.
"El accidente fue causado por una serie de motivos, entre ellos el producido por un camión aparcado en la zona de pit con su rampa desplegada, sin culpa de María", reza el comunicado que ha emitido la familia de María de Villota, con versión en inglés y español. "Un portavoz de Manor F1 Team añadió que fue un trágico accidente que conmocionó al equipo y a todos los que la conocían. Se la añora profundamente", continúa el texto. "Una vez más, la familia quiere agradecer a todas las personas, seguidores y amigos que han apoyada a María antes y durante su carrera deportiva y principalmente a quienes lo hicieron después de su accidente. También a todos quienes continúan recordándola hoy con su alegría y sonrisa, ocupándose de quienes más lo necesitan."
Hija de Emilio de Villota, el primer y legendario piloto español de Fórmula 1, logró lo que ninguna mujer española había conseguido jamás: pilotar un Fórmula 1. Escalón tras escalón, logró demostrar a escépticos, aficionados y profesionales, que una mujer es perfectamente capaz de llegar a lo más alto en este difícil y competitivo mundo del automovilismo.
Un año y medio después del faltal accidente por el que perdió el ojo derecho debido a la gravedad de sus heridas, la piloto falleció a los 33 años. Fue todo un ejemplo de fortaleza y superación: "Estoy mucho mejor, aunque esto es una carrera de resistencia. Hay vida más allá de la Fórmula 1. Lo más importante es estar viva". Un testimonio sobrecogedor de una campeona que volvió a nacer. "El ojo que he perdido me ha devuelto el norte. Esta nueva oportunidad la voy a vivir al cien por cien. Ahora me miro al espejo y estoy orgullosa, porque creo que la imagen actual dice más de María de Villota que la anterior", explicaba entonces a la revista ¡HOLA!.