Aunque su relación no llegase a buen puerto, de los felices años de matrimonio entre Francisco Rivera Ordóñez y Eugenia Martínez de Irujo nació su hija Cayetana. Una niña muy querida que sopla ahora las velas de su 18 cumpleaños. Un aniversario especial para la única hija fruto de la relación entre el extorero y la Duquesa de Montoro pues, además de cumplir la mayoría de edad, se enfrenta a la publicación de su álbum fotográfico sin pixelar.
Pero Cayetana Rivera Martínez de Irujo no tiene nada de qué preocuparse teniendo en cuenta que ha heredado algunos de los rasgos de la que fue probablemente una de las mujeres más bellas del panorama social en España. Porque su abuela, Carmen Ordóñez, no solo fue una de las bellezas reconocidas en nuestro país, también de Europa (y probablemente del mundo). En 1975, la hija del torero Antonio Ordóñez recibió el título a la mujer más guapa de Europa – honor del que también presumieron pudieron presumir la princesa Carolina de Mónaco o Margot Hemingway, nieta del escritor Ernest Hemingway-.
Ojos grandes, piel oscura, cabello de color chocolate y la forma angulosa de su rostro son solo algunos de los rasgos que a simple vista se puede ver que comparten nieta y abuela. “Cayetana está guapísima, es una mezcla de Francisco y mía. Ojalá herede la belleza de su abuela paterna”, decía hace tiempo la Duquesa de Montoro.
Ordóñez contrajo matrimonio con el maestro del toro Paquirri cuando tenía tan solo 17 años, edad que precisamente abandona su nieta Cayetana estos días. Y aunque es probable que aún quede bastante tiempo hasta que la hija de Francisco Rivera y Eugenia Martínez de Irujo dé el gran paso hacia el altar, comparando las últimas imágenes de la joven con las del día del enlace de su abuela, podemos encontrar similitudes en su rostro.
Sin embargo, y a pesar de que Carmen Ordóñez dejó este mundo siendo Cayetana tan solo una niña, la herencia de ‘Carmina’ en su nieta va mucho más allá del físico. En este sentido, no es extraño encontrar numerosas imágenes de ‘Tana’ - nombre cariñoso con el que se refieren sus padres y seres cercanos a Cayetana Rivera-, separadas por los años, que recuerdan inevitablemente a la mítica Carmen Ordóñez. Más teniendo en cuenta las importantes tradiciones familiares arraigadas al clan Rivera Ordóñez.
Carmen pasó su vida inmersa en el mundo taurino. Hija, madre y esposa de toreros, es difícil determinar las veces que Ordóñez pisó una plaza de toros. Lo mismo ocurre en el caso de Cayetana Rivera, quien desde pequeña ha acompañado a su padre y a su tío Cayetano a los ruedos.
La familia de Cayetana – tanto por el lado materno como por el paterno-, es muy devota. La Semana Santa sevillana es especialmente importante para todos ellos, por eso, cada año acuden a las procesiones de la capital hispalense. Una imagen habitual en la vida de Carmen Ordóñez, fiel seguidora de la hermandad de Triana y su virgen Esperanza de Triana, cofradía en la que Cayetana hizo su debut como Nazarena en el año 2014.
Por otro lado, también destaca la Romería de la Virgen de la Blanca Paloma, cita a la que Carmen Ordóñez no faltaba nunca. Vestida de gitana y peregrinando como hermana de la Esperanza de Triana, la madre de Francisco y Cayetano Rivera consiguió que sus hijos heredasen su pasión por el Rocío; algo que también ha hecho la joven Cayetana, quien, a pesar de vestirse para la ocasión, suele apostar por atuendos más modernos.
Otro de los puntos clave que unen a nieta y abuela vuelve a tener como nexo a Francisco Rivera. Las relaciones familiares formaron un pilar fundamental en la vida de Carmen Ordóñez, algo que también supo transmitir a sus hijos y que, sin duda, estos están haciendo con los suyos. Durante la boda del torero con Eugenia Martínez de Irujo, la madre de este ejerció como madrina del enlace; un papel importante del que se responsabilizó su nieta cuando Francisco contrajo matrimonio con Lourdes Montes.