Eva González está pasando por uno momento de enorme preocupación. La modelo viajaba este miércoles por la noche hasta Zaragoza para reunirse con su marido después de la grave cogida que sufrió en la plaza de toros de la capital aragonesa cuando fue corneado por el segundo toro de la corrida. El diestro está fuera de peligro y fue intervenido, durante cerca de una hora, en la enfermería del coso por una cornada de tres trayectorias en el muslo izquierdo, de carácter grave. Tras la operación Cayetano Rivera fue trasladado a la Clínica Quirón de la ciudad.
Además de Eva también viajó su cuñado Francisco Rivera para visitar a su hermano en el hospital que fue herido por Manzanito, un toro de la ganadería Parladé de 593 kilos. Fue en una de las estocadas cuando el astado embistió al diestro con violencia que recibió la cornada en el muslo izquierdo y al intentar alejarse de él se le vio la cara ensangrentada al chocar contra el lomo del animal.
Hace unos días nada hacía presagiar el accidente que iba a sufrir el diestro cuando se pudo ver a Eva por las calles de Madrid de compras. Vestida de manera informal con un look de lo más informal compuesto da pantalones, camiseta, americana, gran bolso, todo en negro y unas zapatillas de deporte, la presentadora de Masterchef paseaba después de haber hecho unas compras en una pastelería. Esta ha sido la última vez que se ha visto a Eva antes del gran susto que ha sufrido Cayetano.
Este enorme sobresalto se produce en uno de los momentos más dulces que está viviendo el matrimonio. A finales de agosto la pareja confirmaba lo que ya era un secreto a voces: que estaban esperando su primer hijo en común. Actualmente Eva se encuentra en su cuarto mes de embarazo y aseguraba que "me encuentro muy bien. He tenido mucha suerte: ni náuseas, ni mareos, ni nada". El próximo mes de noviembre, la pareja celebrará su segundo aniversario de boda.
Este jueves está previsto que la Clínica Quirón de otro parte médico sobre el estado de salud de Cayetano Rivera, que fue herido durante la faena de muleta en el segundo toro de la corrida, que le dio un fuerte cabezazo cuando el diestro lo toreaba al natural, alcanzándole de lleno en el muslo izquierdo. El torero siguió con la lidia, e incluso llegó a entrarle a matar con una estocada que le valió las dos orejas y que fueron concedidas cuando ya se encontraba en la enfermería.