Aunque ha pasado más de una década desde que se emitiese el último episodio de Sexo en Nueva York, imaginar a Sarah Jessica Parker sin pensar en la mítica columnista del The New York Observer paseando por la Gran Manzana y narrando sus peripecias con su ‘squad’ de amigas, sigue siendo inevitable. Por suerte para los seguidores de la saga, después de las seis temporadas de la ficción televisiva, la historia de Carrie Bradshaw continuó en la gran pantalla en forma de dos exitosos largometrajes. Durante muchos años, la especulación acerca de si Sarah Jessica Parker, Kim Catrall, Cynthia Nixon y Kristin Davis volverían a encontrarse en una tercera entrega ha estado muy presente, sin embargo, tras las últimas declaraciones de la protagonista de la serie de HBO, las dudas han sido finalmente despejadas.
La actriz, quien fue nombrada en el año 2010 como miembro del consejo de directores de la compañía de ballet de la Ciudad de Nueva York, desfiló por la alfombra roja de la tradicional gala de otoño que se celebra en el Lincoln Center de la Gran Manzana. Una vez más, Sarah Jessica volvió a ser preguntada por su alter ego en la ficción y por la esperada tercera parte de Sexo en Nueva York.
“Se acabó… no vamos a hacerla”, declaraba a la entrada del recinto. “Es una pena. No estoy de acuerdo”, continuó la actriz, mientras deslumbraba en un vestido de flecos de color azul firmado por Monse, la marca con raíces asturianas que ha cautivado a numerosas estrellas de Hollywood.
“Teníamos una historia preciosa, divertida, desgarradora y un guion maravilloso. No solo es decepcionante para nosotras que no vaya a salir la historia y no volvamos a vivir la experiencia, sino también para la audiencia, que ha pedido y lleva esperando tanto tiempo una nueva película”, comentaba Parker.
Las palabras de la actriz se produjeron horas más tarde de una publicación de Daily Mail en la que afirmaba que Catrall, Samantha Jones en la ficción, habría decidido abandonar la producción tan solo unos días antes de que se iniciasen las grabaciones.
Según el medio británico, la actriz estadounidense solicitó a la productora más papeles en futuras películas a cambio de participar en la tercera entrega de Sexo en Nueva York. No obstante, ante la decisión de no cumplir los deseos de la intérprete, Warner Bros tomó la determinación de cancelar la película, pues consideraban que un largometraje sin Samantha no tendría sentido, ni tampoco sería justo para los seguidores de la ficción.