La vuelta de Belén Esteban tras sus vacaciones de verano está siendo más complicada y difícil de lo que ella esperaba. La colaboradora de Sálvame se sentaba el pasado sábado junto a María Patiño para desvelar una conversación privada que mantuvo con María José Campanario mientras ésta se encontraba en el centro hospitalario de El Seranil de Málaga.
Precisamente que narrase con detalle esta llamada y que lo hiciese en un momento tan complicado para la mujer de Jesulín de Ubrique ha hecho que muchos critiquen su actitud. La de Paracuellos, sin embargo, volvía a su programa para responder a las críticas y confesaba tener "la conciencia tranquila".
"He venido cuando ella ya tenía el alta y no he puesto ningún tipo de grabación. Creo que fui muy respetuosa al contarlo de la manera que lo conté. No me parece tan grave. No sé si es el momento, pero podía haber vendido esta conversación el 9 de agosto y no lo hice. Aún así respeto lo que piense la gente". "Nadie me tiene que dar clases de moralidad. Todo el mundo lleva un mes hablando de este tema", ha dicho.
"A lo mejor me he equivocado, pero no me siento así. Me hubiera sentido así si hubiese contado la llamada como realmente fue. Fijate si soy tonta. Si soy otra, lo hubiese contado a un compañero para que lo filtrase y no lo hice. Lo hablé con mucho respeto y, a partir de ahora, no voy a entrar en lo que me dijo y no he contado".
Belén se ha visto criticada por algunos de sus compañeros de programa, como Jesús Manuel o Kiko Matamoros, y de ajenos, como Alessandro Lequio, que definió su entrevista como "inmoral", o Ana Rosa Quintana, la cual opinó que la colaboradora "se equivocó".
"Lo primero que me dijo es que me quería agradecer que yo le hubiera deseado que se pusiera bien. ‘Belén, yo te lo quiero agradecer de corazón’, me dijo", confesaba Esteban en 'Sábado Deluxe' para después añadir “Me dijo que me quería dar la enhorabuena por la madre que he sido e insistía en que quería venir a mi casa a verme y que no se enterara su familia”. Una conversación que ocurrió el pasado 9 de agosto mientras que Belén comía junto a su pareja Miguel y sus suegros en un restaurante.
La voz nerviosa e intranquila que supuestamente mostró la odontóloga durante su conversación con Esteban hizo que la colaboradora quisiera informar al propio torero de lo ocurrido, quien, según explica la propia Belén, no respondió y optó por colgar el teléfono.
El diestro, que prefirió cenar con sus hermanos en un restaurante durante la emisión de la entrevista, estaría "muy enfadado", según ha informado el periodista Kike Calleja, quien ha apuntado además que Jesulín de Ubrique "tiene el asunto en manos de sus abogados y en estos días podría interponer una demanda contra Belén Esteban".