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El cantante luso Salvador Sobral, cuya fama se disparó al proclamar a Portugal vencedor del festival de Eurovisión por primera vez en su historia, se despedía el pasado viernes de los escenarios en un emotivo concierto celebrado en los Jardines del Casino de Estoril, durante la Feria Internacional de Cascais, antes de retirarse de los escenarios por su frágil estado de salud.
El artista lisboeta de 27 años explicaba en un vídeo publicado en YouTube y compartido en sus redes sociales que debía cancelar su gira 'Excume me' no sin antes despedirse con lo qué él mismo llamó "el concierto del hasta pronto". Con un nudo constante en la garganta y la presencia sorpresa de su hermana- coautora de la canción eurovisiva y persona que animó a Sobral a participar en el festival- el intérprete de Amar pelos dois ofreció casi dos horas de concierto en las que la emoción y las lágrimas le obligaron a parar en varias ocasiones.
Ese mismo sentimiento de estremecimiento se trasladó también a los miles de seguidores que portaban globos blancos con forma de corazón. Un corazón, el de Salvador, que ahora necesita un transplante de manera urgente. "Voy a recibir todo vuestro amor y lo voy a guardar en una cajita. Espero que quepa", agradeció el cantante, que días antes había confesado que "infelizmente, ha llegado el momento de entregar mi cuerpo a la ciencia" no sin recalcar que era sólo una "despedida temporal".
Tras una emocionante actuación con su hermana en la que rompió a llorar una vez más y se abrazó a ella como un niño, el cantante se despedía de su público. "Llegó la hora final, porque si no, de pronto, todo esto ya se hace un poco vergüenza ajena, un poco deprimente. Gracias por haber venido".
El artista, antes de subir al escenario, quiso negar las informaciones de algunos medios portugueses que señalan que podrían quedarle 'tres meses de vida'. "No sé cuánto tiempo va a durar esto pero estaré con fuerza", recalcó Salvador antes de pedir respeto y privacidad a medios de comunicación y fans.
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