Justin Timberlake y Jessica Biel, tan enamorados como el primer día
El próximo mes de octubre celebrarán su quinto aniversario de boda. Cinco años en los que, después de otros cinco de noviazgo, Jessica Biel y Justin Timberlake han demostrado estar hechos el uno para el otro. La complicidad entre el matrimonio puede verse en cada una de sus apariciones públicas, donde se regalan auténticas y sinceras miradas que lo dicen todo. Este fin de semana, la pareja volvía a hacer gala de esa compenetración que les une durante el partido que enfrentó a Roger Federer contra el español Feliciano López, durante el Open de Tenis de Estados Unidos disputado en el Arthur Ashe Stadium de Nueva York.
Ajenos al encuentro deportivo y a las miradas indiscretas de los cientos de presentes, Jessica y Justin disfrutaron de una cita romántica en la que no faltaron ni risas, ni besos, ni tampoco tiernas caricias.
Jessica y Justin se conocieron durante la 64ª edición de los Globos de Oro (en el año 2007) y, en ese mismo momento, la magia entre Timberlake y Biel surgió. “Estuve presente cuando el flechazo tuvo lugar. Me quedé como: 'Vale, está pasando’. Sucedió durante los Globos de Oro y fue algo tan bonito… Como ese tú me gustas y creo que yo a ti también. Algo tan torpe como dulce. Definitivamente, estaban coqueteando”, decía Beverley Mitchell, una de las mejores amigas del matrimonio.
Desde ese momento, la pareja ha vivido en una eterna luna de miel que culminó con una romántica boda en Savelletri di Fasano, Italia. No obstante, el broche de oro de su historia lo puso el pequeño Silas, quien llegó al mundo en abril de 2015. Jessica y Justin han demostrado en este tiempo ser unos padres absolutamente entregados con su hijo, algo que podíamos comprobar recientemente después de que fuesen vistos disfrutando de un agradable día en el parque.
Y aunque Silas se ha convertido en el eje central de sus vidas, los actores siguen disfrutando de románticos momentos en pareja, como el que acaban de protagonizar en el Open de Nueva York, que consiguen mantener encendida la llama de su amor.