Ante la enorme expectación generada por la última portada de la revista ¡HOLA!, en la que aparecen en exclusiva las imágenes más esperadas de Isabel Pantoja disfrutando de su verano en familia, os contamos desde HOLA.com cómo se realizaron las fotografías de este excepcional reportaje que puedes ver al completo en el último número de la revista, ya a la venta en tu quiosco habitual. Paso a paso, te explicamos cómo se tomaron estas instantáneas, que en ningún momento fueron pactadas por sus protagonistas, sino que son el resultado de un trabajo minucioso llevado a cabo por un grupo de experimentados profesionales.
-Exclusiva en ¡HOLA!, Isabel Pantoja, las esperadas imágenes de su verano en familia
Habían pasado casi diez días desde que Isabel Pantoja aterrizara en Ibiza cuando decidió salir de su refugio balear, un magnífico chalé que no había abandonado ni para ir a la compra, a tomar un refresco o a deleitarse con un almuerzo o cena en los conocidos restaurantes o chiringuitos de la isla pitiusa. Fue la llegada de su hijo Kiko Rivera, acompañado por su mujer, Irene Rosales, y su hija Ana, la que animó a la cantante por primera y única vez a pasar una jornada marinera. A esta salida se unió su hija Isa Pantoja, también en la isla con su novio Alejandro Albalá, y su hijo Albertito.
Rodeada de su familia, buscó la máxima discreción
En torno a las 11 de la mañana del 22 de agosto, buscando la máxima discreción, el clan Pantoja llegó al puerto de Marina Botafoch. Viajaban todos en una furgoneta, vehículo que intentaron esconder en el aparcamiento de un hotel cercano. A paso tranquilo y mirando hacia todos lados, se encaminaron hasta la gasolinera y en un abrir y cerrar de ojos se subieron en el “Jajo”, un barco en el que en jornadas anteriores había navegado Ernesto de Hannover con uno de sus hijos.
Es absolutamente inusual que en ese punto los pasajeros tomen una embarcación, pero dada la rapidez con la que lo hicieron nadie se percató, salvo dos fotógrafos, uno que venía siguiéndoles y otro que estaba esperándoles. El barco, que pertenece a Marina Ibiza, fue trasladado al puerto de Botafoch expresamente buscando la reserva y confidencialidad de quienes llevaba a bordo.
Isabel Pantoja cubrió su cabeza con un sombrero para protegerse del sol, que además resguardaba su rostro de miradas indiscretas, y así pusieron rumbo a la zona de Paso de S´Espalmador, en aguas de Formentera, por el lado de poniente. Más de cuarenta barcos rodeaban esa mañana al “Jajo”, y aunque los hijos de la tonadillera sí se bañaron y practicaron deportes acuáticos, ella no salió de la parte central del navío, cubierta por un toldo.
Baño en altamar
Kiko, por su parte, estuvo mirando una y otra vez cada uno de los navíos, ayudado por un “torpedo de buceo”, buscando posibles fotógrafos. No vio nada, pero esto no animó a su madre a saltar al agua. Por eso, para encontrar el sitio perfecto donde Isabel nadara a gusto y tras subir a cubierta las tablas de pádel surf y otros objetos de entretenimiento, al cabo de unas dos horas cambiaron a la zona de levante de S´Espalmador, donde no había nadie.
Los fotógrafos, en sus respectivas embarcaciones, a quienes en esos momentos se habían unido otros dos más, ya habían tomado imágenes en el anterior anclaje y optaron por guardar sus nervios sin sacar las cámaras y esperar el posible baño de Isabel Pantoja.
Y llegó el momento, por fin, sobre las dos de la tarde, la cantante dejó al descubierto su cuerpo en bañador y decidió meterse en el mar. Cerca de una hora y media permaneció Isabel en el agua riendo y jugando con sus hijos y nietos. Unos desde la costa y otros desde un barco, todos los fotógrafos inmortalizaron al clan. Quizá porque se sentían observados, a pesar de no ver a nadie, o tal vez por enseñar a la matriarca otras zonas de la isla, levaron anclas y navegaron hasta los acantilados de Es Pujols, donde almorzaron en la cubierta.
Uno de los barcos de los periodistas continuaba con el seguimiento y cuando finalmente lo dejó es cuando se quedaron más tranquilos y se hicieron las mejores fotos. Fue un quinto fotógrafo, camuflado en la costa y ayudado por el contraluz para no ser visto, quien finalmente plasma la imagen más comentada de Isabel sentada y relajada en la popa del navío que se puede ver en la portada de la revista.
Antes, por supuesto, Kiko Rivera había vuelto a escudriñar todo el entorno minuciosamente en busca de objetivos. No vio nada, por eso su madre optó por mostrar al mundo una idílica estampa que recuerda a otra que nos ofreció Lady Di en el barco propiedad de Mohammed Al Fayed, padre de Dodi Al Fayed, en sus vacaciones en Saint Tropez.