José Ortega Cano dijo este sábado adiós a los toros. El diestro murciano toreó en la plaza de San Sebastián de los Reyes por última vez en un festejo que estuvo cargado de emoción. De esta manera ponía el punto y final a una carrera en los ruedos que empezó hace más de cuatro décadas. En una tarde llena de emociones estuvo rodeado de sus tres hijos: José Fernando, Gloria Camila, que acudió con su novio Kiko Jiménez, y el pequeño José María, fruto de su relación con Ana María Aldón.
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La última corrida del diestro fue en este municipio del norte de Madrid, un sitio muy especial para él ya que según ha declarado en alguna ocasión fue allí donde quiso hacerse torero. El diestro, a sus 63 años, cortó dos orejas y no defraudó al público consiguiendo una despedida digna de una profesión que ha sido su gran pasión.
En este día tan importante su familia disfrutó de la lidia de Ortega con mucho orgullo y caras de felicidad. Además de los más cercanos, hubo compañeros de profesión que quisieron arropar al torero en su retirada como Miguel Abellán, que acudió con Antonio Ferrera e Israel Lancho. Sobre el albero las lágrimas y el sentimiento hicieron acto de presencia mientras un público entregado ovacionaba desde los tendidos a uno de los grandes del toreo.
En una tarde para el recuerdo Ortega Cano no quiso olvidarse de la mujer de su vida y su gran amor, Rocío Jurado con la que estuvo casado entre 1995 y 2006, fecha en la que la cantante falleció víctima de un cáncer de páncreas. Durante su matrimonio la pareja adoptó a José Fernando y a Gloria Camila. En un gesto de muchísima emotividad, el diestro, mirando al cielo le dedicó estas palabras: "Va por ti, mi vida", demostrando que pese han pasado once años de la desaparición de la tonadillera su recuerdo sigue estando muy vivo.
Fueron sus tres hijos los que al finalizar el festejo taurino descendieron a la arena del coso para llevar a cabo el ritual de mayor significado de la jornada. José Fernando, Gloria Camila y el pequeño José cortaron la coleta a su padre, el símbolo en el toreo del adiós definitivo de los ruedos.