Tras varios meses de ausencia, Isabel Pantoja reapareció sobre los escenarios el pasado mes de junio para ofrecer un concierto en Sevilla en el que estuvo arropada no solo por su público (recibió el cariño de más de 14.000 seguidores incondicionales) sino también de su familia, que ha sido siempre su mayor apoyo. Después, en julio volvimos a verla durante su actuación en Murcia pero, desde entonces, poco o nada se ha sabido con certeza de su día a día, de su estado de ánimo o de si realmente permanecía en Cantora.
Según fuentes cercanas a la cantante, la mayor parte del tiempo sí lo pasa en su finca sevillana, donde se siente segura y alejada de las miradas críticas, a la espera de celebrar sus tres próximos conciertos, en Miami, Puerto Rico y Bilbao. Hace unos días, sin embargo, Isabel era fotografiada en una de sus facetas más desconocidas, la de suegra y abuela. La artista salió de su retiro para viajar a Ibiza, donde se le vio también disfrutar, prácticamente de sus primeras vacaciones en estos últimos años, junto a la mujer de su hijo Kiko Rivera, Irene Rosales, que se encuentra en su tercer mes de embarazo, y su nieta, Ana, de la que estuvo pendiente en todo momento.
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