El último día del torero vasco Iván Fandiño fue el pasado 17 de junio, cuando tras una fatídica cornada mientras toreaba en una ciudad del sur de Francia fue trasladado al hospital y los médicos no pudieron hacer nada por su vida. Un fallecimiento repentino e inesperado, aunque en el mundo del toreo la muerte siempre está muy presente.
Así lo demuestra ahora la carta que escribió Fandiño el 15 de mayo de 2015 despidiéndose de su familia en caso de que algo pasara. Fue Néstor García, su apoderado, quien reveló la existencia de este adiós durante su participación en el programa Los Toros de la Cadena Ser. "La llevaba en una maleta que sólo utilizaba él, y su mujer, hace unos días, haciendo limpieza, la encontró", explica Néstor, que confesó la emoción que sintió al leerla y "el orgullo" de haber sido el apoderado de "un tío tan tío".
Poco explicó sobre el contenido de la carta que ha sido desvelado por la sección de Toros de ABC. "Si estáis leyendo esto, todo habrá acabado", comienza el torero de su puño y letra, que preveía ya su futuro desde un hotel de Madrid en las festividades de San Isidro. "Probablemente, el precio que me ha tocado pagar es demasiado duro, pero mi alma está tranquila", asegura con crudeza, despidiéndose de su familia, su apoderado y de su mujer, Cayetana, y su hija, que nacería solo unos meses después.
El torero sabía que "la muerte tiene un precio" y quiso dejar por escrito sus últimas palabras en un trozo de papel que viajó por el mundo entero durante los dos años que estuvo guardada en su maleta, tiempo en el que la tinta llegó a desteñirse. Néstor explica también que en la carta, Fandiño "se quejaba de que no le habían tratado bien, de que quizá no se había hecho justicia con él", sentimientos que tenía en ese momento, solo unos días después de una desastrosa tarde en las Ventas el 29 de marzo en el que estaban todas las entradas vendidas y el tendido acabó pitando al diestro.
Néstor García habló también en la entrevista de lo difícil que le está resultando reponerse de la pérdida: "Lo estoy pasando mal, es lógico. Estoy muy vacío. A parte de la pérdida personal, que es irreparable pues yo vivía para Iván, trabajaba para él. Ahora me levanto por la mañana y no sé qué hacer, miro hacia el techo de la habitación y me encuentro vacío".
Además quiso compartir los momentos vividos aquel día de junio en Francia cuando el doctor que le comunicó la noticia de la muerte del torero, "dicen los que estaban delante que me la tuvo que dar siete veces", explica emocionado, "no podía creérmelo". Ahora Néstor está escribiendo un libro sobre Fandiño para "intentar que su recuerdo permanezca" y, como su amigo le pedía en la carta que dejó, "cuidar de su mujer y su niña".