La localidad de Bidart ha vuelto a convertirse, este verano, en el escenario de las vacaciones de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarín. Como sucediera en años anteriores, doña Cristina y su esposo han comenzado el periodo vacacional sin sus cuatro hijos, que se encontraban disfrutando de unos días de descanso en Palma de Mallorca junto a doña Sofía y sus primos Felipe, Victoria Federica así como con SS.MM los Reyes, la princesa Leonor y la infanta Sofía.
Tal y como publicaba HOLA.com, hemos podido ver a la reina emérita muy feliz junto a todos sus nietos disfrutando de una cena en un afamado restaurante de Portixol o gozando de una jornada de sol y baños en alta mar a bordo del "Somni". Una vez terminado el encuentro en la isla, los hijos de los duques de Palma ya se han reencontrado con sus padres, su abuela y sus primos por parte de su familia paterna.
Pablo Nicolás, Juan Valentín, Miguel e Irene comienzan así la segunda parte de sus vacaciones en el que se ha convertido en perfecto escenario del descanso familiar de los últimos años. Como cada verano, el matrimonio ha disfrutado de largos paseos a la orilla del mar, además de compartir momentos de juegos con sus hijos e instantes de calma en solitario, como en el caso de la infanta entregándose a la lectura de un libro.
En las imágenes que pública la revista !HOLA!, la hermana de don Felipe aparece disfrutando de su remanso de tranquilidad familiar tras reencontrarse con sus hijos. Vestida con unos shorts color rosa, una camisa blanca, sombrero de rafia y gafas de sol, la infanta se convertía así en una bañista más que, como el resto de turistas, gozó de las actividades propias de la época estival en la playa.
Tras una de sus largas caminatas, y mientras Iñaki compartía un entrañable momento con sus hijos jugando a las palas, doña Cristina prefería permanecer sentada bajo la sombrilla para protegerse de los rayos del sol. Minutos, más tarde Miguel se unía a su madre, tras haberse divertido previamente practicando uno de sus deportes favoritos, el surf.
Desde el año 2012, la familia Urdangarín prefiere la tranquilidad que les ofrece este bucólico pueblo de la costa francesa, frente a los mediáticos veranos en Mallorca que marcaron la vida del matrimonio y sus hijos durante años.