'Mi Gitana', símbolo del amor entre Isabel Pantoja y Julián Muñoz, ha sido demolida

Su nuevo propietario, un empresario británico ha preferido demoler para hacer una nueva

Por hola.com

Un emblema del pasado de Isabel Pantoja y Julián Muñoz se ha convertido en polvo. "Mi Gitana", el chalé que la pareja compartió en Marbella ha sido reducida a escombros. Las escavadoras han puesto fin al que fuera símbolo de su amor, epicentro de la noticia hace ya quince años y refugio durante los primeros permisos penitenciarios que recibió el exalcalde.

Ubicada en la exclusiva urbanización La Pera en esta casa de ochocientos metros cuadrados,  construidos sobre una parcela de tres mil quinientos, vivieron Isabel Pantoja y Julián Muñoz como pareja hasta que el 19 de julio de 2006 la Policía detuvo allí al político en el marco de la “Operación Malaya”. Isabel, se quedó en la casa hasta que, un año después y con Julián en prisión, trasladó su residencia a Madrid.

Ocho habitaciones e incluso sala de grabación -que se encontraban en la actualida en situación total de deterioro y abandono- que su nuevo propietario, al parecer, un empresario británico ha preferido demoler para hacer una nueva. Sobre la casa, que Isabel Pantoja vendió en marzo de 2015, pesaba un embargo por el impago de una millonaria hipoteca. El precio de compra pagada al banco habría rondado los dos millones de euros.

Después de cumplir tres cuartas partes de su condena  por cohecho, malversación de fondos públicos y por prevaricación urbanística, Julián Muñoz salió de la prisión de Alaurín de la Torre en octubre de 2008 y regresaba a “Mi Gitana”. Así comenzaba un nuevo “capítulo” en torno a esta residencia. En febrero de 2009 la artista anunciaba que su relación con el ex edil había terminado y dos meses más tarde los abogados de Pantoja recomendaban a Julián Muñoz que abandonase la propiedad de la artista.

VER GALERÍA

Finalmente el ex edil abandonaba la casa en el otoño de 2009 entre una gran expectación y tras encontrarse con la cantante en la residencia. “Llegué sobre las nueve de la mañana y estaba esperándome. Regresaba de un fin de semana fuera. Me dijo que tenía que marcharme: que yo tenía una relación con otra mujer y que me fuera”, contó entonces Julián que por aquel entonces salía con la ganadera Karina Pau y trabajaba en Puerto Banús de camarero, su oficio antes de entrar en política.