Ángel Nieto se enfrentó a su carrera más difícil y por desgracia la perdió. El accidente sufrido con su quad mientras veraneaba en su residencia de Ibiza le produjo un traumatismo craneoencefálico que le costó la vida. Una terrible noticia que ha causado un hondo pesar a sus seres queridos. Pese a no ser un protagonista habitual de la crónica social, Ángel Nieto fue uno de los mejores deportistas españoles de toda la historia. Subido en una motocicleta consiguió la inigualable -por el momento- hazaña de levantar hasta trece títulos mundiales, y fue sobre otra de cuatro ruedas cuando afrontó un reto que no pudo superar.
A sus 70 años, la vida de este zamorano con alma de Vallecas (se mudó al conocido barrio de la capital cuando era un niño) giró en torno a su pasión por las motos. Su idilio con ellas empezó desde bien abajo, trabajando como aprendiz en talleres de Madrid y Barcelona, para ayudar a la economía familiar. Así hasta poder pagarse su primera motocicleta, de segunda mano y que apenas superaba los 40 km/h. Con ella corrió carreras amateur que supondrían un trampolín para lo que estaba por venir.
La escudería Ducati fue la primera en darle confianza, con apenas 18 años, firmándole un contrato profesional como piloto de carreras. Pocos años después y sin casi experiencia, lograba sus primeras victorias con Derbi. Noventa triunfos después, y se dice pronto, Ángel Nieto se consagró como el mejor motociclista español de todos los tiempos, gracias a sus 12+1 títulos.
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¿Por qué 12+1? La respuesta es triscaidecafobia, es decir, miedo o superstición a pronunciar el 13. Una anécdota que se convirtió en su seña de identidad, hasta el punto de incluir la suma en su rúbrica personal; además, fue a los trece años cuando comenzó su carrera deportiva. Todo tenía su porqué. El origen de esta fobia se lo confesó a Bertín Osborne en su programa Mi casa es la tuya: “Un domingo día 12+1 tuve el accidente más terrible de mi carrera. Le rompí la tibia a un bandera y mi moto impactó contra dos personas del público. A uno le tuvieron que amputar la pierna y todas las ganancias de los premios las doné a los heridos. Fue muy duro para mí”.
Ángel Nieto siempre fue consciente de la peligrosidad de su profesión y, durante casi dos décadas virando su cuerpo por los circuitos de medio mundo, sufrió la rotura de diecisiete huesos: clavículas, escafoides, tibias, pelvis… según contó él mismo a una entrevista a Jot Down. Sin embargo, solo tuvieron que intervenirle en dos ocasiones. La primera en 1984 y la segunda a consecuencia de este último accidente.
Tras dejar la competición profesional, Ángel Nieto tenía claro que quería seguir ligado a su pasión, de una manera o de otra. Así, se enroló como comentarista deportivo de motos, en diferentes cadenas de televisión. Su legado lleva años siendo eterno y se exhibe en su museo oficial, situado en Madrid. En él se pueden ver condecoraciones, imágenes, vídeos, trofeos y sus bienes mejor cuidados, sus preciadas motocicletas, las mismas que le convirtieron en un gigante del deporte nacional. Las que ya siempre guardarán su recuerdo. Igual que harán los que le conocieron y quisieron, sus hijos, que siguieron sus pasos apasionados en este deporte, su sobrino Fonsi, uno más entre sus hijos, y tantos amigos que le echarán de menos.