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Es el flamante campeón de Wimbledon y uno de los mejores tenistas de todos los tiempos pero, ante todo, Roger Federer es un hombre de familia, sin duda, su gran pasión tal y como ha demostrado en infinidad de ocasiones. El suizo ha puesto rumbo a Porto Cervo, exclusiva localidad situada en la isla de Cerdeña -uno de los destinos preferidos por las estrellas para su descanso estival- para disfrutar de unas vacaciones familiares en compañía de su mujer Mirka Miroslava y sus cuatro hijos.
Bajo el sol y con el mar Mediterráneo como telón de fondo, el laureado deportista ha encontrado el relax necesario tras una larga temporada de competición junto a sus seres queridos. Navegar es una de sus aficiones preferidas, por lo que no ha perdido la oportunidad de embarcarse en su yate, bautizado con el nombre de Ipanema, para surcar las aguas italianas y cargar fuerzas para el Open USA que disputará el próximo mes de septiembre.
El tenista se ha dejado ver paseando en compañía de sus pequeño y algunos familiares, haciendo alarde de la sencillez y naturalidad que le caracterizan habitualmente. Con un perfil poco mediático y bastante alejado de la vida pública más allá de sus compromisos deportivos, Roger ha mostrado su cara más cercana y entrañable con un look muy casual caminando con uno de sus hijos a los hombros.
Su esposa es su gran apoyo tanto dentro como fuera de las pistas. La pareja se conoció durante los juegos Olímpicos de Sídney 2000, donde competían por Suiza en la categoría de dobles mixtos. Desde entonces se hicieron inseparables, contrayendo matrimonio en abril de 2009 en una ceremonia privada, celebrada en Basilea, a la que solo asistieron sus seres queridos más cercanos. Pocos meses después vieron culminada su felicidad con la llegada de sus hijas gemelas Myla Rose y Charlene Riva; y por si no fuera suficiente, la pareja se volvió a convertir en padres de gemelos (¡otra vez!) con el nacimiento de Leo y Lenny en mayo de 2014.
Ahora su numerosa familia es su pilar fundamental, junto a la que disfruta de todo el tiempo libre que su apretada agenda le permite. Indiscutible icono de elegancia con la raqueta, Roger es todo un padrazo fuera de las canchas. El descanso y la paz que le aportan estar junto a los suyos probablemente influya en el gran secreto de su éxito.
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