La niña tenía siete meses

Así hablaban Belén Esteban y Jesulín de Ubrique de su relación en ¡HOLA!, en el bautizo de su hija

Confesaban que habían tenido altibajos, aunque aseguraban que ya los habían superado y eran felices

por hola.com

Unos siete meses después de su nacimiento, Belén Esteban y Jesulín de Ubrique celebraban el bautizo de su hija Andrea en la iglesia de El Salvador, de Sevilla. En las páginas de la revista ¡HOLA! se pudieron ver las imágenes exclusivas de esta celebración que reunió a las dos familias, fue concretamente en el número 2.899 del 2 de marzo del año 2000, y en la que Belén y Jesús hablaban del momento en que se encontraban como pareja.

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“Hubo momentos en que, de no haber tenido la niña, hubiera tirado la toalla. Pero también digo que si hoy sigo con Belén no es porque tenga una hija con ella, sino porque la sigo queriendo” comentaba el diestro. Belén, por su parte, decía: “La niña me ha unido muchísimo a Jesús y el año que viene voy a por el niño. Lo tengo más claro que el agua”. Unos planes de futuro que no se materializarían.

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La pareja reconocía los desencuentros entre Belén y la familia Janeiro y que eso había provocado tensiones entre los dos. “Es cierto que hubo tirantez entre mi familia y Belén; más concretamente, entre mi hermana Carmen y ella” aseguraba Jesús. Belén admitía también que habían tenido alguna crisis. “He estado a punto de dejarlo varias veces”. Junto a esta sincera y reveladora entrevista se podían ver las imágenes de un día feliz para las familias, y es que el bautizo de la pequeña reunía a tíos, abuelos y amigos en una ocasión especial.

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Los padrinos fueron Francisco Esteban, cuñado de Jesús, y María Jesús Salgueiro, tía materna del diestro. Se mostraban algunos instantes también de la fiesta: la tradicional foto de familia y la original tarta que tenía una reproducción de una plaza de toros. El almuerzo posterior a la ceremonia se celebró en una carpa en la finca La Bravura, propiedad de la familia Janeiro.

Belén y Jesús aseguraban que, superados los altibajos, estaban unidos y seguían adelante con ilusión. “Si sigo con Belén es porque la sigo queriendo a pesar de los problemas por los que hemos pasado. Además, estoy encantado de que al final las cosas hayan salido así, es decir, bien” apuntaba Jesús. “Lo único que sé es que soy la mujer más feliz del mundo y desde que he tenido a mi hija, más. También te diré que Dios me ha puesto en el camino a Jesús”.