“Es un hijo muy querido y será, por tanto, muy bien recibido”. Con estas palabras Jesulín de Ubrique y Belén Esteban anunciaban en exclusiva en la revista ¡HOLA!, en enero de 1999, que iban a ser padres por primera vez. La pareja, que llevaba varios años de relación, estaba encantada y posaba sonriente en estas páginas, en las que sólo unos meses después presentarían a su hija Andrea. La pequeña vino al mundo el 20 de julio de ese año y, debido a su bajo peso, tuvo que permanecer algunos días en la incubadora, como se pudo leer en las páginas de la revista.
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Fue precisamente en ¡HOLA!, en el número 2.870 con fecha de 12 de agosto de 1999, cuando el diestro y su entonces pareja volvían a posar, esta vez con su bebé en brazos. “Yo fui el primero que la vio. La tuve en mis brazos sólo un instante... y fue la sensación más fuerte de mi vida. No hay nada más grande en el mundo que mi niña” declaraba el torero. En las imágenes que acompañaban al reportaje se podía ver a los felices padres con el bebé, en distintos rincones de Dehesa de Ambiciones, la finca del torero situada a ocho kilómetros de Ubrique (Cádiz).
Jesús declaraba que la llegada de su hija había sido un deseo cumplido. “Andrea ha sido una hija buscada con amor. He tenido una niña con la mujer que quería, cuando he querido... y queriendo. Y hay que tener las ideas muy claras para eso”. También detallaba las cualidades que le gustaría que tuviera su pequeña, que descansaba tranquila en brazos de su padre. “Me conformo con que la niña tenga el corazón de la madre y la casta, la sangre y las reacciones que yo tengo en momentos determinados”.
Belén contaba los nervios que había pasado durante su nacimiento y destacaba que la presencia del diestro a su lado había sido la mejor medicina. “Estaba nerviosa y preocupada (...) La compañía y la presencia de Jesús me tranquilizaban, y sabía que no iba a pasar nada”. La pareja comenzaba feliz una nueva vida con muchos proyectos por delante, entre los que no se descartaba la boda -"Por el momento no tengo intención de casarme, pero si el día de mañana hay que hacerlo, nos casamos sin problema alguno" decía Jesúa-, aunque su alegría duró apenas un año. Una ruptura polémica que situó a su hija en el centro de los comentarios y de no pocos enfrentamientos entre ambos, pese a que su madre siempre trató de mantenerla lo más al margen posible de la vida pública. Ahora Andrea cumple 18 años y será quien decida qué camino tomar.