Hace unos días, Lara Álvarez vivió una noche de emociones encontradas al tener que despedirse de Honduras. El jueves 20 de julio conoceremos el nombre del ganador de Supervivientes 2017 y la semana pasada todo el equipo que ha estado trabajando sin parar durante estos meses se despidió de la isla con tristeza por ver que se acaba una etapa, pero con la alegría de saber que se iban a reencontrar con los suyos.
A pesar de que intentó no llorar en directo, la presentadora no pudo evitar las lágrimas al pronunciar su ya tradicional discurso mientras hace el 'ritual' de ir apagando poco a poco las luces de La Palapa, en la que han vivido momentos de lo más intensos. Las palabras de Lara fueron muy emotivas y reflejaron la intensidad con la que vive el concurso y lo importante que es esta aventura para ella, sin embargo, fueron muchos los que comentaron que igual tenían un doble sentido. "Es difícil, muy difícil, pero tenemos que afrontar el camino al cambio, el que el destino quiera, pero para poder hacerlo antes tenemos que apagar La Palapa. Pero no afrontamos este cambio con pena, ¡qué va! lo afrontamos con toda la alegría del mundo, con la alegría de saber que el futuro está lleno de ellos, de la gente que hace posible que este programa se convierta en una aventura año tras año", dijo refiriéndose a todos sus compañeros.
Rápidamente, por las redes sociales empezaron a circular muchos comentarios sobre lo que había dicho la asturiana y se preguntaban si lo que estaba haciendo era despedirse del formato porque ya no lo iba a presentar más. Otros, en cambio, opinaban que el motivo por el que hablaba de los cambios y de lo que nos depara el destino, era que en la edición del año que viene, la cadena podría decantarse por otra localización, en lugar de Honduras. ¿Será verdad alguna de estas ideas?
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La propia Lara ha querido matizar sus palabras nada más llegar a España. La presentadora ha aterrizado en el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas luciendo la mejor de sus sonrisas (además de un envidiable bronceado) y dando gracias por haber tenido el privilegio de vivir esta experiencia por tercer año consecutivo. "La verdad es que ha sido una edición muy muy especial. Todas lo son, pero son años de aprendizaje, de una experiencia maravillosa... Me quedo, como siempre, con el equipo, con la familia que tenemos allí, y con una experiencia única", confesó a los periodistas que la recibieron en la capital.
Lejos de aclarar lo que sucederá en el futuro, la presentadora ha dejado en el aire si volverá a ponerse al frente o no de Supervivientes: "Lo dije en mi despedida, supongo que sí, pero es que ojalá pudiera decidir yo mi futuro, no está en mi mano. Todo lo que Mediaset decida yo voy a estar encantada. Supervivientes es un formato que a mí me encanta, llevo tres años, soy fan loca y que cada año lo disfruto muchísimo". "En el discurso hablaba de cambios, que no sé qué es lo que se malinterpretó, porque los cambios se dan cada año. El cambio que decía que íbamos a afrontar lo que el destino quisiera, me refería a volver a Madrid, a volver a mi casa, a ver a mi familia, a ver los nuevos proyectos que vengan... No me refería a que vaya a ser otro destino o a que yo me vaya de Supervivientes, en absoluto", añadió.
Muy contenta de volver a casa, Lara explicó qué es lo primero que va a hacer: "Ver a mi familia, achuchar a mis padres, que tengo muchas ganas después de tres meses, ver a mi perro, está también mi hermano... así que a celebrarlo". Y habló de cómo se presenta este verano: "Tengo ahora por delante unas semanas de trabajo, pero luego la idea es descansar con mi familia, disfrutar de mi gente, que la echo mucho de menos, y lo que surja. Seguramente me escape con mi hermano, que es una escapada sagrada".