Cuando están a punto de cumplirse 20 años de su muerte, Diana de Gales sigue siendo fuente constante de noticias. Fue una de las mujeres más influyentes del siglo XX y, en el momento actual, todo lo relacionado con ella sigue suscitando un gran interés. Por este motivo, una exposición recoge sus vestidos más míticos inmortalizándola como icono de estilo. ‘Diana: My Fashion Story’ es una muestra la evolución del estilo de la princesa de Gales en el propio palacio de Kensington, su última residencia y donde actualmente reside su primogénito, Guillermo.
Pero no solo su ropa, sino también sus coches están dando mucho que hablar en los últimos días. Y es que dos de sus vehículos privados han sido objeto de subasta este mes de julio. En concreto, se trata de dos Audi Cabriolet casi idénticos, uno verde oscuro y otro azul marino, que la ex esposa del príncipe Carlos adquirió en los primeros años de los años 90 -cuando su separación ya era un hecho- y empleó para su propio transporte y el de sus hijos, los príncipes Guillermo y Harry.
En aquel momento, había reducido de manera sensible el tiempo dedicado a la vida pública, por lo que también su uso de los automóviles de la Casa Real Británica fue menor. No obstante, necesitaba un medio de transporte privado y parecía tener muy claro sus gustos. Su elección del Audi Cabriolet bien podría haber sido debida a su elegante y discreta apariencia combinada con un motor potente, según se apunta desde la casa especializada en coches de lujo Coys, encargada de sacar a subasta su modelo azul en apenas tres días.
Con un valor de salida entre 35.000 y 40.000 libras esterlinas (40.000-45.000 euros), el vehículo fue proporcionado en 1994 por Audi a la propia Diana. Conserva su matrícula original y fue ofrecido a la casa de subastas después de permanecer mucho tiempo guardado. Comprado por el vendedor actual en 2004, lo utilizó a diario como coche familiar hasta aproximadamente 2009, cuando se percató de la curiosidad que suscitaba y decidió ponerlo a buen recaudo. La princesa fue captada en él al volante por los paparazzi de la época en varias ocasiones.
Su puesta a la venta se produce varios días después de que el otro Cabriolet fuera adquirido por 58.000 libras (más de 65.000 euros) por un comprador anónimo, una cifra inferior a la estimada de 80.000 (90.000 euros) por la casa Cheffins. Según la información publicada por Daily Mail, la princesa usó el coche para transportar a sus hijos durante los meses de verano de aquel mismo año y tenía un uso de 4.000 millas (6.500 kilómetros) hasta que Diana lo devolvió a Dovercourt Audi (distribuidor oficial en Londres) en julio de 1994. Desde entonces, ha tenido varios dueños pero se mantiene en muy buen estado. Acabado en pintura metálica verde ‘Gomera’, tiene un interior de piel beige claro, además de contar con transmisión automática, volante deportivo y salpicadero en madera de nogal.
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