Ivanka Trump, la hija del presidente de Estados Unidos, sigue siendo un peso pesado en el Gobierno de su padre, Donald Trump. De hecho su protagonismo parece que cada vez va a más a juzgar por el papel destacado que ha tenido en la cumbre del G-20 que se ha celebrado este fin de semana en Hamburgo (Alemania).
El sábado, en la segunda y última jornada de la cumbre, Ivanka remplazó a su padre brevemente en la mesa de negociación del G-20, demostrando así la confianza que el líder político tiene en su hija. El presidente estadounidense quiso hacer hincapié en la figura de Ivanka y le dedicó unas palabras durante la conferencia de prensa. "Estoy muy orgulloso de mi hija Ivanka, desde el momento uno, tengo que decirlo, ella siempre estuvo bien, es una triunfadora. Si no fuera mi hija su vida sería más fácil", dijo a los presentes y añadió dirigiéndose a ella: "Estoy muy orgulloso de tí Ivanka, que has sido una niña fuerte, por tu dedicación al fondo de financiación de mujeres emprendedoras".
Para una ocasión tan importante, Ivanka se decantó por un femenino vestido en color rosa pastel, de manga larga con lazos a la altura del codo y escote en pico. La hija del presidente estadounidense llevó como calzado unas sandalias escotadas en color natural. Su característica melena rubia la peinó con raya al medio con las puntas ligeramente onduladas.
La hija que tuvo Trump con la modelo Ivana Trump trabaja como asesora "sin sueldo" en la Casa Blanca. Tiene 35 años y se casó en el año 2009 con Jared Kushner. Fruto de este matrimonio han tenido tres niños: Arabella, de 5 años, Joseph, de 3 y Theodore, de 1 con los que le gusta pasar todo el tiempo que puede tal y como demuestran las fotos que comparte con sus seguidores en las redes sociales.