La película que encumbró la carrera de Eduardo Noriega, Tesis, celebra este año su veinte aniversario. Se trataba del segundo largometraje del actor santanderino -su debut en la gran pantalla se produjo un par de años antes con Historias del Kronen-, no obstante, el verdadero reconocimiento le vino gracias a la cinta rodada en la facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid, gracias a la cual, Noriega consiguió su primera candidatura a los Premios Goya.
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Dos décadas más tarde, el éxito profesional sigue acompañando al español. Aunque en España proyectos seguro no le faltan, el reconocido intérprete se encuentra en México preparando su próximo proyecto cinematográfico, La marca del Demonio. En él, el de Santander interpreta al padre Tomás, un sacerdote no confirmado por la Iglesia que se dedica a practicar exorcismos, tratando de liberar a todas aquellas personas que lo necesitan de los demonios que los atormentan.
La película, dirigida por Diego Cohen (Perdidos) y Armando Casas (Un mundo raro), supone la vuelta del actor español a México, lugar en el que ya rodó El espinazo del diablo, de Guillermo del Toro y En el punto de mira, de Pete Travis. No obstante, La marca del Demonio se trata de la primera producción íntegramente mexicana para el actor.
A pesar de haber realizado otras películas de terror, Noriega confesaba en un reciente encuentro con la prensa mexicana que, hasta hace relativamente poco, no había sido capaz de ver clásicos de este género, como El Exorcista, “con cierta frialdad”. Algo que ha tenido que superar sumergiéndose en películas y literatura de este tipo de contenido: “He visto Häxan: la brujería a través de los tiempos y he leído a Gabriele Amorth, un exorcista que falleció el año pasado. Me gusta tener a mi alrededor todos los elementos posibles que puedan ayudarme”.
Para superar sus temores, Noriega confiesa que su secreto es centrarse en la parte técnica y olvidar todo lo demás: “Prefiero concentrarme en encuadres, en los trucos y efectos. Así me distancio cuando no quiero asustarme más”. Hablando sobre su personaje y la nueva película que protagoniza, el actor explicaba que La marca del demonio era “una metáfora para hablar del mal que existe en el mundo, pero también de los demonios que todos llevamos dentro”.
“Me gustan los personajes contradictorios y atormentados. Este es un personaje muy atractivo. Yo creo que todas las personas tenemos un lado oscuro, unas más definidas que otras, pero todos somos ángeles y demonios en un momento de nuestra vida y dependiendo de las circunstancias. En este caso se trata de un sacerdote católico exorcista que no ha sido aprobado por el Vaticano, y que, de forma clandestina, va a sellar una alianza íntima con un demonio antiguo", agregaba el actor.