José Bono y Ana Rodríguez se separaron en 2010 tras 29 años de matrimonio y cuatro hijos en común, Amelia, Ana, José y Sofía. Según anunciaron en el comunicado emitido, la pareja ponía punto y final a su relación “de mutuo acuerdo y de manera amistosa”.
Ahora, con el paso del tiempo, su hija Amelia cuenta en la revista ¡HOLA! cómo vivió la ruptura de sus padres. “Con la tristeza normal en estos casos, pero sabiendo que era lo mejor para ellos y su felicidad”, reconoce. Pero también con mucho agredicimiento. “Siempre he dicho que les doy las gracias por lo bien y natural que hicieron todo. Para nosotros ha sido mucho más fácil y llevadero gracias a ello”, añade.
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Recientemente, José Bono y Ana Rodríguez estuvieron juntos en el bautizo de Jaime, el hijo pequeño de Amelia y Manuel Martos, un feliz acontecimiento en el que demostraron que mantienen una excelente relación. “Cada uno ha rehecho o ha continuado con su vida como ha querido. Los dos son felices y eso es lo que me importa”, explica Amelia.
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La empresaria se lleva de maravilla con sus padres, por los que siente una gran admiración. “El mejor consejo que me han dado ha sido su ejemplo. Ellos nos enseñaron a ser buenas personas y a respetar a los demás, y trato de inculcarles los mismos valores a mis hijos”, dice.
Amelia cuenta que la relación de sus padres tras la separación es “estupenda” y “de mucho respeto”, algo que ya observamos cuando José Bono habló así de Ana Rodríguez en el programa de Bertín Osborne: "Me ayudó mucho en la presidencia de Castilla -La Mancha, ella podía haber tenido su trabajo y oficio y se ofreció básicamente a ayudarme en todo. Tuve su afecto y lealtad, no ya como marido, sino como presidente”.
Amelia, que ha heredado el sentido del humor de su madre y el ímpetu de su padre, compagina el cuidado de sus cuatro hijos con su trabajo en las tiendas de la joyería Tous. Y siempre que lo necesita, ahí están sus padres para cuidar de los niños, al igual que sus suegros, Raphael y Natalia Figueroa, a los que define como unas personas “maravillosas y muy normales” que “me han tratado como una hija más desde el principio”.