Han sido dos años complicados en los que Belén Esteban ha sufrido y llorado mucho. Sin embargo hoy esas lágrimas son de alegría. La colaboradora ha ganado el juicio que la enfrentaba a su exrepresentante Toño Sanchís por lo que este tendrá que pagar la cifra que Belén le reclamaba –unos 500.000 euros por los trabajos realizados y no cobrados, más las costas del proceso judicial-. A su llegada al programa en el que trabaja Sálvame, Belén ha sido recibida con abrazos y aplausos de sus compañeros y ha contado lo que sintió al conocer la noticia. “He llorado de alegría. Me entero esta mañana por un compañero que me llama, no sabía nada. Estaba con Miguel, nos hemos abrazado y hemos llorado” comentó una nerviosa Belén.
Con las emociones a flor de piel, aseguró que aún “no lo ha asimilado”. Belén no quiso dar cifras exactas, dado que todavía tiene que reunirse con sus abogados para que le expliquen bien la sentencia, pero sí que hizo una advertencia. “Ahora es mi momento y, cuando hable, lo haré con documentos. Se va saber quién es Toño Sanchís, porque no se ha contado nada” aseguró rotunda. Quiso agradecer además de manera pública el apoyo de todos los que han estado a su lado y por supuesto el de su familia.
“Quiero agradecer a todo el mundo que ha confiado en mí, quiero mandarle un beso muy fuerte a mi madre, a mis suegros, a mis hermanos, a mis amigos, a mis compañeros... Lo he pasado muy mal” repitió Belén. “¡Mamá he ganado y estoy muy feliz!” gritó con alegría. No se olvidó por supuesto de su pareja, Miguel, que ha estado incondicionalmente junto a ella. “No han sido fáciles los últimos años que hemos pasado. Miguel, sin nada a cambio, ha estado conmigo, los dos sabemos lo que hemos pasado. Sabes que tengo dos amores, uno es mi niña y el otro tú, gracias. ¡Te quiero!” dijo, antes de abandonar el programa para reunirse con su equipo de abogados.
En sus primeras declaraciones tras conocer la sentencia favorable a Belén, Toño Sanchís, que viajó a Valencia para reunirse con sus abogados, aseguró, en una conversación telefónica con el programa de Ana Rosa: “Vamos a recurrir la sentencia porque no estamos de acuerdo. Siento impotencia y rabia en este momento porque esta persona no ha tenido queja en nueve años”.
Dos años de enfrentamiento
El conflicto comenzó en agosto de 2015 cuando, gracias a una auditoría que hizo sobre sus cuentas, Belén Esteban comenzó a sospechar de su entonces agente. Además, algunas facturas pendientes del programa Más que baile le hicieron darse cuenta de lo que ocurría. A partir de entonces la relación profesional y la estrecha amistad que les había unido llegó a su fin y estalló la guerra mediática.
Belén acusó a Toño de estafarle una cuantiosa suma de dinero -incluso habría falsificado algunas veces su firma en sus cuentas bancarias-: se habló de hasta casi un millón y medio de euros. El pasado 30 de mayo Belén Esteban acudía al juzgado de Torrejón de Ardoz para prestar declaración. Ni Toño Sanchís, ni su esposa, Lorena Romero, administradora de la empresa Lorant S.L., comparecieron ante el juez –no fueron citados en el juicio-. Fueron los economistas de la empresa Lorant S.L. los que declararon y aportaron sus pruebas. Han sido muchos meses de enfrentamientos e intercambio de declaraciones públicas, pero finalmente el juez ha dado la razón a Belén y ha decretado que ha habido estafa por parte del exrepresentante, sobre el que pesa una orden de embargo de su chalet de 300 metros cuadrados, ubicado en Villanueva del Pardillo (Madrid).