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Irene Rosales vive una de las etapas más dulces de su vida. A punto de cumplir el primer aniversario de su boda con Kiko Rivera, la andaluza ha disfrutado de un especial y discreto cumpleaños junto a los suyos. La propia Irene compartía en las redes sociales la felicidad de haber dejado atrás los 25 con una bucólica imagen de su último viaje a Punta Cana. En medio de un agua cristalina y portando entre sus manos una estrella de mar, la sevillana compartía con sus fans el especial momento con un deseo muy claro: “cumplir muchos más”.
Tanto el mensaje como la imagen de la nuera de Isabel Pantoja dan buena cuenta de la especial etapa por la que atraviesa su vida tras dar el “Sí quiero” al Dj. Un feliz momento del que también hemos sido testigos fuera de las redes sociales. A primera hora de la mañana, Irene Rosales salía de su domicilio sevillano con la pequeña Ana para realizar unas compras. Para la ocasión, la modelo lució un vestido azul y unas gafas de sol de espejo a tono, a juego con su hija que acaba de cumplir un año y medio de vida.
Una vez realizados los recados, Irene permaneció todo el rato dentro de su domicilio sevillano hasta que llegó el momento de recibir una bonita sorpresa. La joven no podía evitar mostrar su cara de alegría al recibir una maceta de orquídeas blancas. Un detalle que la sevillana aceptó con una gran ilusión.
En este año, el primero de casados para la pareja, la celebración del cumpleaños de la joven ha sido algo diferente a la que vivieron en su 25 cumpleaños (tres meses antes de pasar por el altar). Hace un año, Kiko acompañaba a Irene a visitar a sus padres y posaban sonrientes frente a los medios. Un momento en el que ninguno pudo evitar mostrar su felicidad poco tiempo antes de decir adiós a la soltería.
© GtresonlineEn esta ocasión no ha habido encuentro familiar ni tampoco posado a los medios. Kiko ha preferido felicitar a su mujer en la intimidad y tampoco ha hecho referencia alguna al especial día de Irene en sus redes sociales, como tampoco lo han hecho el resto de la familia. Una discreción que parece marcar la pauta de la nueva vida del joven matrimonio.
