Esta mañana ha tenido lugar el juicio entre Belén Esteban y Toño Sanchís. Después de poco más de dos horas de comparecencia, la colaboradora de Sálvame abandonaba los juzgados de Torrejón de Ardoz nerviosa, aunque finalmente ha esbozado una sonrisa a sus compañeros de prensa. Para sorpresa de todos los presentes ni Toño Sanchís, ni su esposa, Lorena Romero, han comparecido hoy en el juzgado. Ninguno de los dos ha sido citado en el juicio. Son los economistas de la empresa Lorant S.L. los que han prestado declaración y los que han aportado sus pruebas. Pese a que siempre se ha hablado del juicio entre Belén y Toño, realmente Belén Esteban interpuso una demanda contra la sociedad Lorant S.L., de la cual la única administradora es la mujer de Toño Sanchís y es ahora responsable legal de la supuesta deuda del agente, a pesar de que la gestión haya sido realizada por su marido.
Pasadas las nueve de la mañana era cuando Belén Esteban llegaba junto a su novio, Miguel Marcos, a los juzgados de Torrejón de Ardoz acompañada de sus gestores. Nerviosa y abrumada por la expectación, se limitaba a decir que se ponía en manos del juez: "Confío en la justicia". Medio millón de euros es la cifra que reclama Belén Esteban a su exrepresentante por trabajos realizados y no cobrados, como son las galas de Más que baile o Los ojos de Belén. Aunque en un principio se dio una cantidad superior a esta cifra, la colaboradora solo ha podido sustentar con documentos la cantidad inferior.
Al juicio han acudido el hermano de Belén Esteban, José Esteban Menéndez, en calidad de testigo, al igual que Agustín Etienne, exsocio de Toño Sanchís y que ha declarado como testigo de Belén en el juicio, así como dos peritos caligráficos que, según ha confirmado Gema López en Sálvame, han demostrado que su firma fue falsificada en alguno de sus contratos. Belén Esteban confía en su verdad, por lo que descartó el acuerdo que intentaban lograr los abogados de su exrepresentante y su esposa antes del juicio. La colaboradora ha querido ir hasta el final y de que se conozca toda la verdad.
Hoy concluye el juicio, pero la sentencia se conocerá semanas más tarde. Han sido dos años de cruce de acusaciones y por fin la guerra judicial se dará por concluida. Todo comenzó en agosto de 2015 cuando, gracias a una auditoría que hizo sobre sus cuentas, Belén Esteban comenzó a tener sus primeras sospechas. “Pillé a Toño Sanchís planeando a mis espaldas con la gestoría”, explicó en su momento la colaboradora. Aunque en un principio creyó en su exrepresentante, todo se desató cuando un día llamó a la oficina de Toño y, al olvidar su secretaria colgar el teléfono, pudo escuchar cómo decía "mentiras" sobre ella. Además, algunas facturas pendientes del programa Más que baile le hicieron darse cuenta de todo lo que estaba pasando. A partir de entonces la relación profesional y la amistad que les había unido llegó a su fin y estalló la guerra mediática.
Belén acusó a Toño de estafarle una cuantiosa suma de dinero; se habló de hasta casi un millón y medio de euros. Desde entonces han sido muchos meses de enfrentamientos y hoy un juez tratará de decretar la verdad si ha habido estafa o no por parte del exrepresentante en los ocho años que gestionó la carrera profesional de Belén Esteban. De momento pesa una orden de embargo preventivo sobre la casa en la que vive Toño, un chalet de 300 metros cuadrados que está ubicado en Villanueva del Pardillo (Madrid).