Risto Mejide se esconde tras un personaje que en televisión se muestra como ‘el hombre de hierro’. Su relación con Laura Escanes, con la que contraerá matrimonio el próximo sábado 20 de mayo, ha conseguido que veamos su lado más romántico. Sin embargo, ha sido durante su aventura en Ciudad del Cabo con Jesús Calleja, cuando hemos visto al Risto más vulnerable. El presentador y escritor reveló durante el programa ‘Planeta Calleja’ su dura infancia en el colegio. “Entonces no lo llaman ‘bullying’ o acoso, simplemente no lo llamaban”, comenzó su relato.
“Era un niño viejo. Hacía cosas de mayor. Pasaba de la pelota y jugaba al ajedrez. Era el más pringado de la clase porque estudiaba” ha revelado en su viaje a la infancia. “En el colegio nunca llegaron a ‘zurrarme’ pero me hacían una cosa que se llamaba ‘la vaca’. Me cogían entre varios, me abrían las piernas y me chocaban contra una farola. Eso me endureció en todos los sentidos”, admite.
Cómo consiguió que dejasen de hacerlo es probablemente la historia de su vida. Risto utilizó la estrategia que ha utilizado durante sus 42 años para llegar al éxito: tirar de labia. “Un día tuve un punto de inflexión en mi relación con el mundo y, especialmente, con mi madre. En la estación donde siempre paraba alguien puso ‘Risto Mejode’. Yo llegué llorando a casa y, mi madre, me dio un rotulador rojo y me dijo: “Piensa lo que vas a poner mañana debajo”. Al día siguiente me levanté una hora antes, cogí ese tren solo y puse: “Pues te aguantas”. Me sentó tan bien esa defensa personal… Aquel día mi madre me enseñó a defenderme por mí mismo”, confesó con la voz entrecortada.
En esta aventura, en la que estuvo acompañado por la que se convertirá en su mujer, confesó también como conoció a Laura. “Yo salía una relación. Dejé de seguir a esa persona en una red social y los medios se hicieron eco de ello (sólo la seguía a ella). Me molestó tanto que esa noche cogí y busqué en Instagram a las 10 tías más buenas, para que así la prensa no supiese si estaba con alguna o no. Todas se describían como modelo o bloguera. Ella era la única que puso un link a sus textos. Empecé a leerlos a las 2 de la mañana y estuve como hasta las 5. Antes de irme a dormir, lo último que hice fue ponerle un ‘Hola’. Ella me contestó con un ‘Buenos días’”.
Y la primera cita llegaría poco después: “Cuando nos dimos el teléfono estuvimos una hora hablando. Yo estaba en plena grabación pero estaba muy enganchado. Eso fue un lunes y el miércoles regresaba. Ese día le dije: “En cuanto aterrice voy a verte. Y así fue”, confesaba Risto abriendo su corazón como muy pocas veces había hecho en televisión.