En paralelo a su nueva faceta profesional llegaba el crecimiento personal a su vida (como ella misma lo ha llamado): “Además de al teatro y al cine, me dediqué a formarme muy seriamente en todo un proceso de medicina china y de taoísmo que me llevó a escribir un libro”.
Su cambio profesional también se hizo presente en su aspecto. Sus apariciones, más contadas que en los años anteriores, dibujaban una imagen de Irene más alejada del estilo al que nos tenía acostumbrados.
La actriz volvió a su pelo con rizos naturales. Un aspecto opuesto al que se había mostrado en los photocalls durante el comienzo de su carrera.