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Antonio Orozco ha abierto las puertas de su casa y su corazón en el programa de Bertín Osborne, Mi casa es la tuya, para hacer un repaso de su vida, su éxito y también desvelar algunos de los episodios más duros a los que ha tenido que hacer frente. “La primera vez que perdí todo fue con 20 años, cuando decidí dedicarme a la música, lo perdí todo y lo volví a recuperar. En 2007 con la crisis, lo volví a perder todo” comenzó y apuntó, aunque sin dar detalles, a la causa de su ruina.
“Las dos veces que lo perdí todo fue de la mano de quien decía ser mi mejor amigo” reveló, asegurando que ni siquiera su familia sabía esto y se estaba enterando mientras hablaban. Lo ocurrido le enseñó una valiosa lección tal y como señaló después: “Siempre uno tiene que protegerse más allá de lo que cree conveniente”. Sin embargo, a pesar de que ha habido baches en el camino, el artista aseguró que no cambiaría nada de lo vivido. “Otra vez lo volvería a hacer. Tengo todo lo que necesito y lo que necesita mi hijo. Como lo vuelvo a tener todo, lo volvería a hacer”.
Y es que su carrera no ha sido un camino de rosas. Estuvo cuatro años grabando maquetas que eran rechazadas. “Estuve entre 4 y 6 años grabando maquetas de mis canciones. Fui a muchas discográficas, y en todos había un 'pero'. Querían que cambiase de productor y de músicos pero me negaba”. Su oportunidad llegó en 1998. “¡9.500 euros costó el primer álbum! Yo iba a las ocho y cuarto de la mañana a la discográfica y la gente no sabía qué hacía allí. Les dije que quería hacer promoción de mi propio disco, y llamaba a las radios para presentarme a mí mismo” recordó Orozco. El tema Devuélveme la vida fue el que le dio la fama y eso que no quería ni que estuviera en el disco. "Es una canción que escribo porque tengo que pedir perdón a alguien” contó Antonio.
El gran amor de su vida es su hijo Jan, que es el centro de su universo. “Ni el desastre amoroso más profundo me ha hecho tanto daño como estar separado un mes de mi hijo” aseguró sentado con Bertín en su residencia de Sitges. Hasta allí fue también su madre para ayudarle a preparar la comida. Ella siempre ha sido un gran ejemplo para el intérprete y le ha enseñado valiosas lecciones. “Mi madre no necesitaría trabajar. Limpia una casa. Y por más que intento convencerla, no quiere. No lo deja para que no se me olvide lo que es levantarme a las 7 de la mañana para trabajar” añadió.
También comentó el artista lo que le costó acostumbrarse a la expectación que causó su fichaje por el concurso La Voz, en el que sigue participando como coach para descubrir nuevos talentos musicales. “Fue un pelotazo. Cuando empecé, en la segunda edición, los paparazzi empezaron a perseguirme y yo no estaba acostumbrado a ello, no me había ocurrido nunca. Fue una cosa muy chocante para mí” aseguró Antonio.
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