Director, guionista, actor, músico, dramaturgo, humorista y escritor, el neoyorquino más neurótico, Woody Allen podría considerarse todo un adicto al trabajo, y es que como él mismo explicó en una ocasión, tiene un excelente motivo para hacerlo: “La vida es muy cruel, muy difícil, muy dura y trabajo para distraerme; así puedo estar todo el año fuera de la vida real, pasando el tiempo con personajes de ficción”.
Sin duda, una peculiar terapia para evadirse de las preocupaciones cotidianas. Dada su tendencia natural al pesimismo, el creador tiene un particular sentido de la vida. “No le temo a la muerte, solo que no me gustaría estar allí cuando suceda”, ha llegado a sentenciar.
Un trabajador incansable, que a sus 81 años se mantiene en activo produciendo una película al año desde 1969, por lo que cuenta en su haber con casi 50 brillantes largometrajes llenos de ingenio y humor. No en vano, es considerado un gran intelectual, algo en lo que él discrepa: “Los dos grandes mitos sobre mí son que soy un intelectual porque llevo estas gafas y que soy un artista porque mis películas pierden dinero”.
El asunto económico nunca ha preocupado a Allen y siempre se ha referido a él con cierta ironía: “El dinero no lo es todo, pero es mejor que la salud. A fin de cuentas, no se puede ir a la carnicería y decirle al carnicero: ‘Mira qué moreno estoy, y además no me resfrío nunca’; y suponer que va a regalarte su mercancía (a menos que el carnicero sea un idiota)”.
Por el momento, el director de éxitos como ‘Annie Hall’ piensa seguir con el mismo ritmo de trabajo. La jubilación no entra en sus planes, pues “es para la gente que se ha pasado toda una vida odiando lo que hacía”, dice. Así, se encuentra inmerso en la producción de la que será su última película ‘Wonder Wheel’, protagonizada por Kate Winslet y Justin Timberlake.
Lo cierto es que sus films son considerados objetos de culto por parte de los cinéfilos dejando grandes píldoras de sabiduría popular. Estos son algunos ejemplos:
"Me interesa el futuro porque es el sitio donde voy a pasar el resto de mi vida".
“El dinero no da la felicidad, pero procura una sensación tan parecida, que necesita un especialista muy avanzado para verificar la diferencia”.
“Hay que trabajar ocho horas y dormir ocho horas, pero no las mismas”.
“Hay dos tipos de personas: los buenos y los malos. Los buenos duermen bien, pero los malos parece que se lo pasan mejor cuando están despiertos.
"Si no te equivocas de vez en cuando, es que no lo intentas".