En los últimos años, Sebastián Palomo Linares había recuperado la ilusión en el amor. El diestro encontró de nuevo la estabilidad junto a Concha Azuara, tanto que se planteaba pasar por el altar con ella. "¿Por qué no? Somos jóvenes, nos queremos, nos entendemos. Todo llegará", afirmaba recientemente. Este no habría sido su primer matrimonio, pues el torero ya estuvo anteriormente casado, durante nada menos que 34 años, con la madre de sus hijos, Marina Danko.
Desde su boda con la diseñadora de joyas han pasado ya casi cuatro décadas. Se celebró en la iglesia de San Jerónimo el Real, en Madrid, donde en primavera de 1977, tras ocho años de noviazgo, el maestro taurino y la joven húngaro-colombiana desfilaban ante más de 2.000 invitados. Él vestía traje corto con sombrero de ala ancha, y la novia, un modelo exclusivo de Pedro del Hierro.
Siendo Palomo Linares uno de los toreros más destacados del momento, no faltaron en el enlace -que ocupó la portada de ¡HOLA!- numerosos rostros del mundo taurino. Desde Luis Miguel Dominguín o Antonio Ordóñez, hasta Paquirri o El Cordobés, que hubo de ser escoltado por la policía para entrar en la iglesia, repleta de fans, dada su enorme popularidad.
Su historia había comenzado tiempo atrás. Marina Danko -que se mudó a Madrid con once años- era muy joven cuando, veraneando con sus padres en Palma de Mallorca, coincidió casualmente por primera vez con el torero. En aquel momento, Sebastián Palomo Linares lo tuvo muy claro: "Me voy a casar con ella", le dijo a quien era su mozo de espadas. Y así fue. Muchos años después, Marina confesaría a la revista ¡HOLA! que lo que le enamoró del maestro fue "su sonrisa".
Marina estuvo junto a él en momentos complicados, cuando el torero tuvo que atravesar dolencias cardiacas anteriores: "Un episodio así te cambia la vida. No entiendes que alguien tan fuerte y sano sufra tres infartos", declaraba la diseñadora a ¡HOLA! en 2010. "Me casé porque quería formar una familia y desarrollar mi faceta de madre. Para mí, la familia lo es todo", reveló entonces. De su matrimonio nacieron tres hijos: Sebastián, Miguel y Andrés, cumpliendo su sueño de formar una gran familia.
Pero el cuento de hadas llegó a su fin en 2011. "Hace unos años hubo un momento de crisis y yo le dí una segunda oportunidad volcándome en mi matrimonio, porque para mí era lo más sagrado", explicaba Marina a ¡HOLA! tras su inesperada separación. "De unos años para acá, Sebastián no es el mismo que yo conocí y ese cambio me ha tenido totalmente bloqueada: realmente noté que él ya no era la persona de la que me enamoré", agregó. Y se mostraba contundente: "Por mi parte no hay terceras personas, por su parte, él sabrá".
La ruptura del que se consideraba hasta entonces uno de los matrimonios más sólidos del supuso un auténtico jarro de agua fría. "Yo no he abandonado mi casa. Mi marido, sin motivo alguno, es el que no quería que estuviese más a su lado, desde entonces no he podido volver", eran las desgarradoras palabras de Marina. "He llorado muchísimo. Llevo muchísimo tiempo llorando en soledad. Creo, francamente, que no me merezco lo que estoy pasando", aseguraba. Su separación supuso también una ruptura total de la familia que implicó a sus tres hijos.
Por su parte, el torero hablaba así con Mariló Montero en Las Mañanas de la 1: "He fracasado en el matrimonio, pero a mi familia la tengo, a mis hijos, le puede llamar un fracaso, por supuesto, pero para mí ha sido una cosa maravillosa porque he encontrado paz y mucha alegría". El 30 de enero de 2012 firmaban el acuerdo de divorcio, poniendo punto y final a su historia de amor.