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Sergio Álvarez acaba de cosechar un nuevo triunfo. El jinete se ha proclamado vencedor del Gran Premio del CSI5*, disputado como broche de oro en la undécima semana del circuito de Wellington, Palm Beach (EEUU). "Este es el premio que todo jinete desearía ganar", declaró. Y no es para menos. Se ha embolsado medio millón de dólares.
Sergio ha hecho realidad su sueño a lomos de Charmeur, de diez años y que aspira a sucesor del fructífero Carlo 273. "Estoy muy contento. Mi caballó saltó de manera increíble, fuí lo más rápido que pude, sin dejar muchas opciones a los demás jinetes, y todo salió bien", añadió.
A pesar de ser el mejor jinete de salto en España y el número 33 del mundo, Sergio no vive de los concursos hípicos, ya que los premios no son muy cuantiosos. Su verdadero negocio está en la cría y el entrenamiento de caballos de competición. A día de hoy, es administrador único y accionista mayoritario de Álvarez Moya Horses S.L., empresa constituida en 2005 y domiciliada en Gijón. Tal y como publica La Vanguardia, basándose en el último balance de cuentas presentado en el Registro Mercantil, correspondiente a 2015, la empresa “presenta activos por valor de 4.126.793 euros y beneficios anuales de casi cien mil”.
El jinete ampliará su carrera empresarial con la apertura de un Centro Hípico de Alto Rendimiento en La Moraleja, Madrid. Las obras de construcción comenzarán en breve y sus instalaciones contarán con calefacción y aire acondicionado para los caballos. "La hípica es un deporte que acarrea muchos gastos y hay que afrontarlos", explicó en una entrevista a Vanity Fair.
El gran momento profesional de Sergio coincide con una etapa de felicidad a nivel personal. Tras separarse de Marta Ortega, madre de su hijo Amancio, el jinete ha recuperado la ilusión al lado de Charlotte Murray, con quien lleva saliendo desde finales de 2015.
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