Hay veces que el deber llama y no queda más remedio. Penélope Cruz no estuvo en los Oscar, pero a juzgar por las fotos que ha compartido en Instagram hubiera deseado estar allí. Días antes de la ceremonia, la oscarizada actriz española, que se encuentra instalada en Londres con sus hijos donde rueda Asesinato en el Orient Express, comenzó a publicar algunas instantáneas memorables de su paso por los Oscar, lo que hizo pensar que tal vez decidiera en el último momento acompañar a su marido, Javier Bardem, a la gala. Pero no, esa noche Bardem acudió solo y lo hizo en calidad de presentador.
El oscarizado actor de No es país para viejos vivió su momento de gloria al subir al escenario con la gran dama del cine, Meryl Streep, veinte veces nominada a un Oscar, a la que rindió un sincero homenaje poniendo voz a un recorrido por su trayectoria. Si hubo un instante que cautivó a Penélope Cruz ese fue el de su marido besando a “la diosa” por excelencia del olimpo del cine y así lo dejó de manifiesto Penélope en sus redes sociales. Un instante capaz de resumir el gran significado que para ella tenía esa foto: su esposo ante la actriz más admirada del celoluide -nominada esta vez por Florence Foster Jenkins- en el escenario de los premios más prestigioso del cine. ¡Un sueño!
Penélope Cruz siguió la gala con la misma intensidad que si hubiera estado en el Teatro Dolby de Los Ángeles. No se perdió ni un instante de la noche que comenzó poniendo a bailar a Javier Bardem en el patio de butacas al ritmo de Justin Timberlake con su pegadizo tema Can't Stop that Feeling, siguió con la aparición de éste sobre el escenario junto a Meryl Streep y concluyó cantando rancheras junto a un grupo de mariachis con su gran amiga Salma Hayek. ¿A quién no le hubiera gustado estar allí? Hollywood era pura diversión. Javier no estaba con su pareja, pero sí se rodeó de buenos amigos y se divirtió de lo lindo en la fiesta de Vanity Fair.
Muchos recuerdos le vinieron a la mente de su paso por esta grandiosa ceremonia, que la encumbró como un icono fashion tras ser elegida como la actriz más elegante de los últimos veinte años de red carpet –título con el que se alzó por el impresionante Versace rosa empolvado que llevó en 2007, el año de su primera nominación por Volver. En los Oscar vivió grandes momentos como levantar la estatuilla, entregar el galardón a Pedro Almodóvar, subir al escenario junto al célebre Robert de Niro o divertirse en la fiesta organizada por Demi Moore y Madonna en la que ya entre amigos y en su 'salsa', protagonizó una divertida escena al ponerse un bigote postizo y aparecer junto a Javier Bardem que llevaba en el cuello una boa de plumas.
Entretanto la actriz prosigue su vida en la ciudad del Tamesis rodando un papel que bien podría valerle un Oscar. En la nueva versión de Asesinato en el Orient Express dirigida por Kenneth Branagh dará vida a la misionera Greta Ohlsson, que en el filme de 1974, dirigido por Sidney Lumet, interpretó Ingrid Bergman y que le valió un Oscar a la mejor actriz de reparto. Tal vez la veamos desfilar por la alfombra roja de los Oscar nominada por esta interpretación o tal vez a Javier Bardem por su papel de capitán Salazar en la quinta entrega de Piratas del Caribe.