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Efectivamente, Adele es una mujer casada. La ganadora de cinco Grammys vivió una noche épica y para celebrarlo quiso dedicar el triunfo a Simon Konecki, al que se refirió como “su marido” durante su discurso de agradecimiento tras ganar el premio a mejor álbum del año. “A la academia, a mi manager, a mi marido y a mi hijo, os quiero. Sois mi única razón. Muchas gracias”, dijo la cantante al recoger el galardón. De este modo la cantante confirmaba su boda con Simon Konecki, su pareja desde hace cinco años y padre de su hijo Angelo, de cuatro años, con quién se fundió en un beso al proclamarse como vencedora.
El pasado mes Adele y Simon aparecieron luciendo sendas alianzas de boda y comenzó a especularse que habían celebrado una boda secreto la víspera de Año Nuevo. Su representante se negó a hacer comentarios al respecto, pero la noche de los Grammy ha sido el escenario perfecto para confirmar la buena nueva.
La cantante británica confesó que lo suyo con su pareja fue amor a primera vista. "Cuando conocí a Simon sabía que algo iba a suceder", ha asegurado. La cantante solo tiene palabras de elogio hacia su compañero quien la ayudó mucho tras su operación de las cuerdas vocales en 2011. Un tiempo en el que tuvo que permanecer seis semanas en silencio por completo y tuvo que hacer frente a una rehabilitación intensiva.
Un año después de la operación, en octubre de 2012, la vida de Adele dio un giro de 180 grados. La cantante dio a luz a su primer hijo, Angelo, fruto de su relación con Simon, y que hoy por hoy se ha convertido en su prioridad. Tras el nacimiento de su bebé, la artista se tomó un tiempo de descanso y se apartó de los focos. La británica confesó los duros momentos que atravesó luchando contra la depresión postparto. Fue una época muy complicada para Adele, que sentía como si hubiese tomado "la peor decisión" de su vida. Sin embargo ahora tiene claro que Angelo es lo primero para ella, "le quiero más que a nada", pero admite que le asusta demasiado la idea de tener otro bebé.
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