El que fuera embajador de Estados Unidos en España, James Costos, y su pareja, el diseñador de interiores Michael S. Smith, nos han abierto las puertas de su hogar en el desierto de California. La revista ¡HOLA! de esta semana publica un excepcional reportaje de su "refugio" situado en Rancho Mirage, donde los Obama pasan sus primeros días tras la investidura de Donald Trump.
Desde Madrid pusieron rumbo a Washington para asistir, el 20 de enero, a la toma de posesión del nuevo Presidente de los Estados Unidos. Al terminar la ceremonia, viajaron a Ichpa Mayapan, su fabulosa casa casi oculta en la falda de la montaña más alta de Thunderbirds Hights, uno de los enclaves más bonitos del Sur de California. “Cuando la vi por primera vez estaba casi en ruinas. Pensamos que podríamos arreglar la casa y vivir en ella y que, después, iríamos mejorando todo lo demás poco a poco. Nunca imaginamos que restaurar la propiedad sería un trabajo tan grande. Sin embargo, ahora estamos felices”, nos explica mientras juega con sus cuatro perros, Jasper, Lily, Greco y Whistler.
La finca, de 11.000 metros cuadrados, con piscina, jardín y pista de tenis, disfruta de las mejores vistas del valle y se vislumbra, como un oasis de vegetación, en medio de la árida montaña. La casa es espaciosa, decorada con los colores de la Naturaleza que la rodea, cómoda, elegante y ecléctica; muy al gusto de Smith, que sabe mezclar con armonía diferentes estilos y obras de arte.
Una de las habitaciones de invitados se llama ‘La habitación del Presidente’. Es donde han dormido, siempre que han venido a pasar unos días de visita, Barack y Michelle Obama, y donde descansan estos días. “Algunos momentos importantes han sucedido mientras el Presidente estaba en esta casa —nos comenta Michael—. Por ejemplo, desde este despacho, telefoneó al Rey Juan Carlos cuando abdicó. Este lugar forma parte de la historia de este Presidente y eso me enorgullece”. "Los Obama han visitado muchas veces este lugar, pero no es cierto que vayan a comprar una cas aquí", puntualizó Costos, quien seguirá formando parte del círculo más cercano del expresidente.
Costos y Smith han vivido con intensidad sus últimos días en Madrid. No les ha resultado fácil despedirse de la ciudad en la que han pasado tan buenos momentos, ni de sus amigos, ni de las personas junto a las que han trabajado durante estos tres años y medio. A modo de despedida, Costos celebró, el sábado 14, una elegante fiesta de cumpleaños en Madrid. “Hemos vivido unos días muy emotivos. Agridulces, por tener que decir adiós, pero ha sido también un bonito modo de despedirse”, nos confesaba visiblemente emocionado.
¿Cómo será su vida a partir de ahora? En su mente está la idea de regresar pronto y muy a menudo a España, porque nunca imaginaron que llegarían a apreciar tanto este lugar ni que establecerían lazos tan profundos con su gente. “James volverá a ser un hombre de negocios y yo continuaré con mi profesión. Lo más probable es que nos compremos una casa en Madrid y poder ayudar así al nuevo embajador con todo lo que hemos aprendido”, nos dijo Smith. “El romance con España y los españoles no ha terminado”, puntualizó Costos.
De momento, disfrutan de unos días de descanso en “su refugio del desierto”. Después, pondrán rumbo a Los Ángeles, donde Costos comenzará a hacer planes sobre su futuro laboral.