El hijo pequeño de Donald Trump, Barron, se convirtió, sin quererlo, en otro de los protagonistas durante la investidura del nuevo presidente de Estados Unidos que tuvo lugar el pasado 20 de enero. El motivo no fue otro que las evidentes muestras de cansancio y aburrimiento del hijo de Donald y Melania Trump. Barron no parecía tan emocionado como el resto de su familia, algo que fue muy comentado. Incluso Chelsea Clinton, hija de quien fue la rival de Donald Trump en las elecciones presidenciales, ha opinado sobre este asunto.
Los bostezos y gestos de aburrimiento del hijo del presidente dieron mucho de qué hablar, especialmente porque no era la primera vez que pasaba, ya que algo similar ocurrió durante el discurso de su padre tras ganar las elecciones el pasado mes de noviembre. Pero no hay que olvidar que Barron tiene tan solo diez años, y que este tipo de actos, largos, formales y protocolarios, pueden resultar algo pesados para un niño.
Esto es exactamente lo que piensa Chelsea, hija de Hillary y Bill Clinton, que ha salido en defensa de Barron Trump con estas palabras publicadas en las redes sociales: "Barron Trump se merece la oportunidad que todo niño tiene de ser un niño", ha escrito en su perfil personal de Twitter. Continúa su mensaje dando una pincelada de opinión sobre las políticas de Trump: "Defender a todos los niños también significa oponerse a sus políticas, que perjudican a los niños", concluye. Su declaración ha sido tanto aplaudida por su apoyo a la infancia como criticada por su matiz político.
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Como madre de dos niños, Chelsea sabe bien de lo que habla cuando se refiere al comportamiento de los más pequeños. En junio del año pasado dio a luz a su segundo hijo, Aidan, fruto de su matrimonio con el banquero Marc Mezvinsky con quien se casó en 2010. Ambos eran ya padres de la pequeña Charlotte que nació en 2014, cuando Chelsea y Marc hicieron abuelos por primera vez a Bill y Hillary Clinton.