Se ocupaba de sus asuntos, pero había algo en las cuentas que no cuadraba. Alanis Morissette demandó hace unos meses a su exmanager Jonathan Schwartz, que se había ocupado de sus asuntos desde 2009 hasta 2016, acusándole de transferir dinero de sus cuentas sin consentimiento. En una primera declaración, el manager, que se encargaba de pagar las facturas y manejar sus asuntos, mintió asegurando que había invertido el dinero que faltaba, explicando que lo había utilizado para un negocio ilegal.
Estos días el caso ha vuelto a los juzgados de Los Ángeles y es allí donde el manager ha admitido que robó más de cuatro millones y medio de euros a la artista, además de otro millón ochocientos mil euros de otros clientes famosos, cuyos nombres no han transcendido. El abogado de Schwartz señaló durante la vista la voluntad de cooperación del acusado y que este ha aceptado toda la responsabilidad por sus acciones. Se enfrenta a una pena de cárcel de entre cuatro y seis años si es encontrado culpable de los cargos, tal y como se ha informado.
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La artista demandó a Schwartz y a la antigua empresa de este GSO pidiéndole una indemnización de 14 millones de euros por daños, asegurando que había transferido fondos de sus cuentas sin permiso. Se llevó a cabo una investigación y la compañía GSO, a través de un comunicado, se confesó “sorprendida” al descubrir que Schwartz estaba usando el dinero para llevar un lujoso estilo de vida. La cantante de temas como Ironic descubrió la estafa después de que su nuevo manager encontrara discrepancias en las cuentas. Aunque Schwartz se enfrenta a una pena de prisión, la artista sí que ha llegado a un acuerdo con la compañía en la que este trabajaba.