Bertín Osborne es uno de los hombres más seductores de nuestro país. Con su 1,96 m de estatura, poco necesita para llamar la atención, pero su disciplina con la comida y su pasión por el deporte le han llevado a estar mejor que nunca a sus 62 años. En la revista ¡HOLA! de esta semana, confiesa que, antes de ser cantante, presentador, actor o empresario, él iba para tenista profesional. Una lesión de rodilla durante un partido de fútbol acabaría con su sueño.
Ahora, aunque mantiene el tenis como un hobby, centra sus esfuerzos haciendo ejercicios en casa: 'Hago diez o doce series de 100 abdominales por la mañana. Ya se me ve un poco la tableta', señala destacando su proeza. Algo a lo que además hay que sumarle una estricta dieta en la que ha tenido que eliminar dulces, pan, fritos y el alcohol.
En los últimos meses el presentador ha adelgazado doce kilos. 'Un día comprendí que tenía que cambiar de hábitos: forma de comer, beber, de comportarme…' por lo que se puso en marcha y los resultados, como la propia Fabiola indica, están a la vista: “tiene un muy buen tipín”. El secreto de su buen estado de forma radica en un menú diario repleto principalmente de dos tipos de alimentos: verduras (cocidas o a la plancha) y pollo o pavo.
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Lo bueno es que llevar esta dieta tan estricta no le ha supuesto ningún problema ni un exceso de fuerza de voluntad: 'No me ha costado ningún trabajo. Soy germánico y absolutamente disciplinado'. El vino sigue siendo su punto débil, aunque se permite pequeños caprichos. "Tomo una mezcla rara de de vino blanco con agua con gas y hielo, como una especie de sangría que no es ni chicha ni limoná".
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Bertín Osborne cuenta la verdad sobre su nueva casa
Además, en las páginas de la revista ¡HOLA!, el artista y su mujer posan en su casa de Sevilla con sus hijos Kike y Carlos y cuentan, en exclusiva, la verdad sobre su nueva casa y sus planes para volver a casarse. La pareja habla además de la gran evolución de su hijo Kike que ha cumplido diez años, una historia de lucha y superación. “Nos dijeron que Kike no hablaría ni vería ni andaría... y hoy estamos asombrados con su evolución” señala el artista.