Familiares y amigos dan el último adiós a Charo Palacios, Condesa de Montarco
Tras un velatorio de carácter privado en el domicilio de la condesa, esta mañana ha tenido lugar en Madrid la incineración
Tras el fallecimiento de la Condesa de Montarco, que murió durante la madrugada del pasado viernes después de un tiempo bastante delicada de salud, sus seres queridos le han dado el último adiós este sábado por la mañana en Madrid, donde ha tenido lugar la incineración.
Personalidades de la alta sociedad se han acercado para arropar a la familia en un día tan duro. Alejandra de Rojas, hija de la condesa, llegaba desolada al tanatorio, vestida completamente de negro, con gafas oscuras y visiblemente afectada. Nada más llegar ha encontrado consuelo en el abrazo de buenos amigos como Luis Medina, hijo de Naty Abascal, o Alejandra Silva, novia de Richard Gere.
Antes de la incineración, los más allegados pudieron dar el último adiós a Charo Palacios en un velatorio privado que tuvo lugar en el domicilio de la condesa. Allí acudió la infanta Margarita, así como su hija, María Zurita, que legó en coche y con gesto afligido. María ha demostrado en varias ocasiones que es buena amiga de la familia, y en la reciente celebración de su 41 cumpleaños contó con la compañía de Alejandra de Rojas, hija de la condesa.
Beatriz de Orleans, que también ha estado presente en el tanatorio durante la mañana del sábado, fue una de las primeras en llegar a la capilla ardiente de la Condesa de Montarco, al igual que Begoña García Vaquero, mujer del empresario Pedro Trapote.
En declaraciones a La Otra Crónica de El Mundo, fuentes cercanas a la familia explicaron que la despedida tendría un carácter privado. "Va a ser incinerada y seguramente no vayamos ni los más íntimos, así lo han querido sus hijos", aclararon en referencia a Alejandra y Julio de Rojas, los hijos de la Condesa de Montarco, que prefirieron velarla en su residencia madrileña.
-Fallece en Madrid Charo Palacios, Condesa de Montarco
La Condesa de Montarco fue una mujer conocida por su discreción. Muy querida en los círculos sociales, siempre estuvo involucrada en causas sociales y su nombre siempre figuraba en las listas de las mujeres más elegantes. No obstante, siempre trató de preservar al máximo su intimidad, tanto su faceta profesional, en la que destacó por convertirse en los años sesenta en musa y directora de imagen de Elio Berhanyer, como la personal y familiar –evitó proporcionar muchos detalles acerca de su matrimonio con Eduardo de Rojas Ordóñez, Conde de Montarco, ni de sus dos hijos, Julio y Alejandra de Rojas.